23 DE ABRIL: DOY FE DE QUE ERES EL MESÍAS.

Juan 10, 22-30 “El Padre y Yo, somos uno”

Sabemos que para el ser humano es más fácil creer en una mentira que en la verdad. Juan nos relata cuándo le preguntaban a Jesús, que les dijera si era o no el Mesías y ante las muchas respuestas de Jesús, les termina diciendo: “Ya se los he dicho y no me creen”. Y así es, escuchamos tantas veces que Jesús y el Padre son uno solo, que Jesús es el Hijo de Dios y aún nos cuestionamos si es, o no verdad.

Creo que todos quisiéramos decir que habemos muchos cristianos en el mundo y con tristeza nos damos cuenta, que parece ser que cada día somos menos, y la pregunta es ¿Por qué? Y Jesús nos contesta: “Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen”.

Volvemos a hablar de fe. Tenemos un gran problema de fe.

Cuando alguien nos da una indicación o ley, que hay que seguir, como: no cruzar la calle caminando cuanto el semáforo esta en verde, o como: no comer una salsa porque esta muy picante, o cuando nos dicen: que no juguemos con armas de fuego por lo general hacemos caso, porque podemos estar en peligro. Pero cuando Jesús nos enseña a amar a los demás, ¡nos cuesta mucho trabajo!, como que nos gusta más juzgar y castigar, que tolerar y enseñar. Igual cuando sabemos que mentir, o abusar de nuestros padres o de cualquier persona no es correcto, no lo asimilamos y se nos hace más fácil ignorar, maltratar y ocultar la verdad. Hay leyes que prohiben acciones y dejamos de hacerlas por miedo al castigo, que bien puede ser la cárcel, pero: ¿Por qué a las cosas de Dios no le tenemos miedo? ¿Por qué creemos que no va a pasarnos nada, si no las cumplimos? Con estos ejemplos, lo que deberíamos hacer, es corregir nuestra manera de ver las cosas. Sería interesante detenernos a recapacitar y pensar en nuestro comportamiento.

La Biblia nos presenta una hermosa historia de amor que vivimos constantemente y nos enseña, por medio de la oración, a creer en la existencia de Dios, Creador del universo, como está escrito en el Libro del Genesis. Nos presenta la historia de Jesucristo, Hijo único de Dios, que dio su vida por nosotros, que nos trajo la salvación y el perdón de nuestras fallas. Que solo existe un solo Dios, y lo recitamos en el credo, cuando estamos dando testimonio de nuestra fe.

Escuchar la voz de Jesucristo es escuchar a Dios, es quererlo reconocer como él nos reconoce a nosotros y sentir que no estamos solos, que su amor llena nuestra vida para saber perdonar, porque, es en el perdón cuando más damos fe de que Jesús es el Mesías.

Propósito de hoy: Creo en tu palabra de vida eterna y se que soy la oveja que sigue tu voz para no perderse del camino que me va a llevar hasta el Padre.