INVOCACIONES A JESUCRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, Hijo eterno del Padre, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, salvador de los hombres,
Jesucristo, encarnado en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, que padeciste y moriste en la cruz para redimirnos de nuestros pecados,
Jesucristo, resucitado al tercer día,
Jesucristo, sentado a la derecha del Padre,
Jesucristo, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,
Jesucristo, piedra angular de la Iglesia (cf. Ef 2, 20),
Jesucristo, que actualizas tu sacrificio cada día sobre el altar,
Jesucristo, camino, verdad y vida (Jn 14, 6),
Jesucristo, Señor de la vida y de la historia,
Jesucristo, porque contigo todo lo podemos (cf. Flp 4, 13), confío en ti.
Jesucristo, porque eres el enviado del Padre (cf. Jn 17, 8),
Jesucristo, porque eres fiel a tus promesas (cf. 2 Co 1, 20),
Jesucristo, porque eres el amigo que da la vida por los amigos (cf. Jn 15, 13),
Jesucristo, porque solo tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68),
Jesucristo, porque eres el buen pastor que llama a cada uno por su nombre (cf. Jn 10, 11),
Jesucristo, porque eres rico en misericordia (cf. Ef 2, 4),
Jesucristo, porque eres la vid que nos permite dar fruto (cf. Jn 15, 5),
Jesucristo, porque nos llamas a ser apóstoles de tu reino,
Jesucristo, porque eres la luz que ilumina nuestro peregrinar hacia el Padre (cf. Jn 8, 12),
Jesucristo, porque has ido a prepararnos una morada en la casa del Padre,
Jesucristo, porque nos has amado tú primero (cf. 1 Jn 4, 19), te amo.
Jesucristo, porque nos has redimido del pecado,
Jesucristo, porque nos has abierto las puertas de tu reino,
Jesucristo, porque nos has hecho hijos de Dios (cf. Jn 1, 12),
Jesucristo, porque nos has enriquecido con el don del Espíritu Santo,
Jesucristo, porque te has quedado con nosotros en el sacramento de la Eucaristía,
Jesucristo, porque nos has entregado a tu madre al pie de la cruz (cf. Jn 19, 26),
Jesucristo, por el don de la fe católica,
Jesucristo, por el don de la vida consagrada,
Jesucristo, por el don del sacerdocio,
Jesucristo, por el don de nuestro movimiento y congregación,
Jesucristo, porque nos has confiado tu Evangelio para extender tu reino entre los hombres,
Jesucristo, porque eres nuestro Dios y Señor (Cf. Jn 20,28),
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Otorga a tu Iglesia que permanezca unánime en la fe,
Asiste y protege al papa N. en su servicio pastoral a la Iglesia,
Conforta y mantén en tu santo servicio a los religiosos y almas consagradas,
Muestra a los jóvenes el camino de la felicidad verdadera,
Bendice a las naciones de la tierra con tu paz,
Concede a los difuntos la eterna bienaventuranza,
℣. Jesús, manso y humilde de corazón.
℟. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
℣. Oremos. Oh, Padre celestial, al invocar a tu Hijo, centro, criterio y ejemplo de nuestra vida religiosa, sacerdotal y apostólica, concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo para vivirlo en su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
℟. Amén.”