15 DE MARZO: TE PIDO PERDÓN.

Juan 7, 1-2. 25-30 “¿No es éste al que quieren matar?”

Es interesante el mensaje del Evangelio de Juan porque nos podemos dar cuenta que, desde toda la vida, el ser humano es envidioso, es malvado, es vengativo. Uno pensaría que nuestro mundo se ha convertido así con el paso de los años, pero al parecer los deseos de hacer el mal los traemos arraigados a nuestra forma de ser y de actuar, desde siempre.

No sabemos reconocer cuándo tenemos frente a nosotros a una buena persona, muchas veces hasta nos burlamos de ellos ¿Verdad?. ¿Cuál es nuestra respuesta cuando vemos a alguien bondadoso? ¿Cuándo conocemos a alguien que constantemente está perdonando a quienes lo lastiman? ¿Cuántas veces somos malcarados con nuestra madre, sin siquiera agradecerle por el pan que pone en nuestra mesa y le exigimos más? Es buen momento para pensar en cómo vemos las acciones de bien que tienen los demás; porque muchas veces las vemos con envidia porque lo hacen mejor, o con miedo porque no entendemos porque siempre son buenos; pero aún así nos reímos de ellos.

El Evangelio nos dice:”Nosotros sabemos de dónde viene éste, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde viene”. La llegada de Jesucristo fue anunciada constantemente en el Antiguo Testamento y desde que llegó Jesús, muchos seguimos sin reconocerlo. Y es que Dios lo hizo Hombre ¡Sí! Para que lo pudiéramos ver y sentir, para que se moviera entre nosotros y pudiéramos identificarnos con él, de carne y hueso como tú y como yo. Nosotros sabemos de dónde viene Jesús, ¡Ese es nuestro regalo! Que lo conocemos, que conocemos a María, su madre, y madre nuestra; podemos decir dónde nació, dónde vivió y dónde murió. Y todo esto para que nosotros aprendiéramos de Jesús, para que pudiéramos ver a una persona buena, misericordiosa, bondadosa y principalmente para que pudiéramos vivir el perdón. Sí, el perdón hacia un pueblo que lo envidia, que le tiene miedo, que no puede entender como ahí en la cruz, pidió a su Padre que nos diera el perdón.

Aprendamos que Jesús se hizo hombre por nuestra salvación, para ser un ejemplo que nos permitiera poder pedir perdón, empezando con la esperanza de que él nos perdone por haberlo querido matar.

Propósito de hoy: Que esta Cuaresma me ayude a saber perdonar y a pedir perdón a todas aquellas personas a las que les he hecho un mal porque no entendiendo su mensaje, porque me dan miedo sus verdades, y porque los envidio por no ser como ellos en el amor misericordioso de Dios.