Lucas 11, 14-23 “El que no está conmigo, está contra mí”.
¿Que nos dice Jesús? Nos dice que los que no estemos de su lado que representa la verdad, la justicia, la plenitud, la gracia, el amor, entonces estamos en su contra porque servimos al egoísmo, a la violencia, a la maldad, al demonio. Y hay que definirnos ¿De que lado estoy? ¿Sirvo a Dios, o a Satanás? ¿Me rijo por los valores morales, o me dejo llevar por las tentaciones?
Hoy, podemos hacer una examen de conciencia, para darnos cuenta: ¿Qué nos ilusiona, qué nos mueve, qué es lo que nos pinta una sonrisa en los labios?; porque si no hay respuestas, es que tal vez estamos un poco perdidos, desorientados, confundidos y no podemos definir, si queremos seguir a Cristo o no.
“Todo reino dividido por luchas internas se va a la ruina” y esas luchas internas son las que tenemos nosotros que vencer, la drogadicción, la prostitución, la depresión, y muchas otras más, para no irnos a la ruina; para vivir con un propósito. Todo empieza cuando nos damos cuenta de que no podemos salir adelante solos, de que por más ayuda que tengamos de nuestra familia y amigos, no podemos salir y nos vamos hundiendo cada día más. Una vez que somos capaces de aceptarlo entonces podremos dirigirnos a Dios. ¡Sí! Acercarnos a Él, en la oración.
Dios no está contra nosotros, Él quiere que lo busquemos y con humildad le digamos que somos frágiles y débiles y que necesitamos que nos tome de la mano y nos jale para salir hacia adelante, para enderezar el camino, para poder sanar nuestras heridas.
Dios nos invita a vivirlo en la Eucaristía, sí, es ahí donde vamos a vivirlo a Él, porque renaceremos en su amor. No tengamos miedo, acerquémonos a Él que nos está esperando, como ese Padre que espera a su hijo con los brazos abiertos para decirle que lo ha hecho muy bien, que no tema, que nunca lo va a abandonar.
Propósito de hoy: Deseo acercarme a Dios y demostrarle con mis acciones que yo estoy con Él y que me gusta saber que soy testimonio de su amor, en todo lo que hago.