1 DE MARZO: QUE TU AMOR, GUÍE MI CAMINO.

Mateo 21, 33-43. 45-46 “A mi hijo lo respetarán”

Estamos en la segunda semana de Cuaresma, y es un tiempo de reflexión, de perdón, de conversión, de reiterar nuestra fe en Cristo Jesús; es tiempo para purificarnos, ir a confesión, arrepentirnos de nuestros errores, es tiempo para abrir las puertas del corazón y recibir a Dios.

El Evangelio de Mateo, nos relata la historia de un viñador al que unos campesinos asesinan a su hijo para quedarse con sus tierras y nos recuerda mucho a la condena del Hijo De Dios, que sin haber cometido injusticias es crucificado. Entonces, con esto en mente, el tiempo de Cuaresma, nos invita a meditar en nuestras acciones, nos da una oportunidad para rectificar y enmendar nuestro comportamiento y la manera en que hacemos las cosas.  La Cuaresma es ayuno, oración y servicio para percibir con los ojos abiertos, la presencia De Dios en nuestra vida, es tiempo para prepararnos a vivir la Pasión de Cristo.

¿Tú crees que hoy día hemos perdido el concepto del respeto?

¡Qué podemos pensar si crucificamos a Jesús por miedo! ¡Porque no hablamos su idioma! el idioma del amor universal; ¡no entendemos lo que dice! porque nos pide que perdonemos al que nos lastima, al que nos hace daño, al que nos engaña.  Porque nos pide caridad para nuestro hermano y misericordia para el mas débil. Jesús  quiere que nos entreguemos al servicio a los demás, que seamos los primeros en ayudar a otros, que no nos quedemos sentados a ver la vida pasar sin hacer una diferencia, pero una diferencia de amor.

Ese hombre que perdió a su hijo, es como nosotros cuando perdimos a Jesús en la cruz.

Jesús, condenado sin merecerlo,  pide por nuestra salvación sabiendo que nuestro corazón es débil, pero tiene toda la confianza de que, en la oración, vamos a encontrarnos con Él  y de que en la Eucaristía, vamos a dejar que su amor vuelva a guiar nuestro camino; solo de esa manera podremos tenerlo como figura principal en nuestra vida.

Propósito de hoy: Padre, que nunca olvide rezar, ayúdame a aumentar mi fe para dar testimonio de tu amor.