22 DE FEBRERO: ERES LO MÁS IMPORTANTE EN MI VIDA.

Mateo 16, 13-19 “Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?”

Cuando Jesús pregunta: “¿Quién dice la gente que es el Hijo de Dios?” Espera con interés una respuesta. Creo que todos siempre queremos saber ¿Quién dice la gente que somos?, ¿Verdad?. Queremos saber la opinión de los demás, saber si estamos dejando una huella de amor, en el corazón de las personas con quienes convivimos, o si estamos dejando una estela de amargura en el camino que vamos recorriendo. Para ti: ¿Quién dices que es Jesús?

Analizando nuestra manera de pensar, debemos saber si reconocemos a Jesús como el Hijo de Dios, o si es solo un profeta; o si Juan y Elías son más importantes que Él. Para algunas personas Jesús existe cuando tienen que pedir un milagro, cuando sufren y empiezan a invocar a Dios implorándole que los ayude. No digo que está mal, claro que no, pero si le hablamos a Jesús con fe es mejor aún, ya que estamos reconociéndolo como Dios mismo.

Darle a Jesús su lugar, hace que crezca nuestra fe, nos permite aprender más de Él, nos da la oportunidad de aceptarlo en nuestro corazón y de querer crecer en Su amor infinito. Saber que Jesús es el Hijo de Dios es tenerlo presente en todo momento, es abrazarnos a la esperanza de la resurrección, del perdón, de la misericordia. Jesús es el Hijo de Dios y es por medio de Él, que llegamos al Padre y es también por quién conocemos el amor y la bondad. Jesús es vida, es luz, es todo lo que necesitamos para alcanzar la felicidad y es que en el servicio y el perdón nos parecemos tanto e Él que reconocemos su valor como esencia de una vida plena.

Propósito de hoy: Eres el Hijo de Dios que vino a salvarme de mis temores para poder ser fruto del amor que pones en mi corazón.