18 DE FEBRERO: TE SIENTO PRESENTE TODOS LOS DÍAS DE MI VIDA.

Marcos 1, 12-15 “Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

El Evangelio de hoy, que es el Primer Domingo de Cuaresma, es muy pequeño pero muy intenso. Nos relata Marcos cómo Jesús se fue al desierto por 40 días y 40 noches y allá en la soledad de su alma y la eterna compañía del Espiritu de Dios, se encontró tentado por Satanás. No hablaremos de las tentaciones hechas a Jesús, pero sí de lo que vivimos constantemente en nuestra vida diaria.

Cuando el diablo quiso imponerse ante Jesús, es el Espíritu de Dios quién responde, quién lo llena de fortaleza y le recuerda que no está solo; que está Dios con Él y que nada ni nadie lo puede turbar. Y Jesús siempre dispuesto al Padre, confía en Él, cree en Su palabra, jamás duda en Dios y lo deja actuar en Él, contra Satanás. Jesús se entrega a Su Padre Celestial para que lo ayude y no lo abandone, solo en el desierto.

¡Qué hermoso ejemplo de amor! Y nosotros ¿Nos entregamos de esa manera a Dios? ¿Le permitimos ser parte de nuestra vida todo el tiempo? ¿Nos dejamos ayudar por Jesús en momentos de tentación?

Ahora que empezamos la Cuaresma, es el tiempo de preparación personal para la Pasión del Señor, para recibirlo en el corazón, para llenarnos de fe y en nuestra oración pedirle que nos perdone, que nos proteja y que nunca permita que nos ceguemos ante Su presencia.

Jesús solo está esperando que lo hagamos visible en nuestra vida y Él será el que luche a nuestro lado cuando nos vienen las tentaciones: a ofrecer drogas, o cuando alguien nos ataca, o cuando el mundo cae sobre nuestra espalda, y cuando nuestro sufrimiento se hace tan pesado que corremos a encontrar respuestas rápidas que solo nos hunden más ante el dolor…mientras Jesús solo espera.

La presencia de Dios nos fortalece. Pero hay un gran problema, un mal gigante y una tentación irresistible que nos aparta de querer saber, de querer sentir, y de querer reconocer que esa fortaleza que nos viene de Dios, se hace presente cuando nosotros lo hacemos presente a Él, en nuestra vida al arrepentirnos y creer en el Evangelio.

Propósito de hoy: Permíteme Padre que jamás me separe de ti, que te sienta en mi corazón y que tenga fe en que es a tu lado que soy fuerte para vencer cualquier tentación del mal.