16 DE FEBRERO: FORTALECEME MIENTRAS AYUNO EN TU NOMBRE.

Mateo 9, 14-15 “¿Por qué tus discípulos no ayunan?”.

Con frecuencia escuchamos esta expresión de los fariseos y de la gente del pueblo dicha a Jesús sobre el ayuno de sus discípulos.

En realidad el ayuno es algo personal, es para aquellos que tienen una intención específica la cuál ofrecen y por eso deciden ayunar; y nos dice Jesús, que no seamos como los hipócritas que ponen cara de dolor cuando ayunan como si éste fuera un sacrificio que solo ellos realizan.

Ayunar significa no solo dejar de comer, no; ayunamos cuando nos preocupamos por los demás, cuando decidimos no ofenderlos, cuando nos identificamos en su circunstancia y sentimos empatía por el dolor o las dificultades a las que se enfrentan. Ayunar es quedarnos callados, es controlar nuestra ira, es dejar de maldecir. Ayunar se resume en hacer el bien, no para bajar de peso, aunque eso no tiene nada de malo, pero si tu ayuno tiene una intención, sus frutos serán infinitos.

Recuerdo cuando realicé un ayuno guiado por el Padre Gabriel, cuando viví en Tierra Santa. Fueron 40 días, donde mi principal alimento fue la Eucaristía, tomé mucha agua y un trozo de pan diario, en cada comida. Fue un ayuno con intención, ofrecido a Dios con fe y amor, y fueron los 40 días seguidos, más felices de mi vida. Uno se entrega a la voluntad de Dios por amor y ese amor nos alimenta de tal manera que somos capaces de cosas que jamás consideramos, nuestra fe se acelera, nuestra oración es más intensa, las emociones van y vienen y aprendemos a ser mejores seres humanos, con valores morales que se intensifican y le dan más sentido a nuestra vida.

Jesús nos ayuda a ser santos ¿Lo sabes? Tú y yo y los demás, gracias al Bautismo somos llamados a la santidad y nos acercamos más cuando compartimos nuestras bendiciones, cuando alimentamos al hambriento, cuando vestimos al que no tiene ropa, cuando escuchamos al que necesita un amigo, cuando nos preocupamos porque ellos también gocen del amor de Dios al hablarles de Él y recordarles que es Dios quié vive en su corazón, que solo hay que dejarlo ser.

Propósito de hoy: Mi ayuno tiene una intención muy importante en mi vida; te pido Padre, me des la gracia de poder ayunar en Tu nombre.