3 DE FEBRERO: ME HAS ENCONTRADO EN TU AMOR.

Marcos 6, 30-34 “Andaban como ovejas sin pastor”

¡Las ovejas sin pastor!….¿Quién se identifica?

Siempre visualizo la imagen de esa ovejita perdida, en un campo enorme que es el mundo, y que vaga por ahí concentrada en sus preocupaciones, o en sus aventuras, o en sus temores; y luego imagino a Jesús, el Buen Pastor, buscando con su luz en la obscuridad a esa alma que no sabe a donde va, que no encuentra su lugar, que dentro de su mismo hogar se siente incomprendido y sale en búsqueda de algún consuelo barato que lo lo lleva aun más lejos de encontrarse a sí mismo…y lejos de encontrarse con Dios.

En este Evangelio, Marcos nos relata cuando Jesús quiere un poco de descanso para sus discípulos y los invita a subirse a la barca y navegar en silencio, solos; cuando se da cuanta que ya lo estaban esperando en la otra orilla, una multitud de personas que necesitaban ser sanadas con su voz, con su palabra de vida eterna, con un roce de su mano. Y ¿Qué hace Jesús? Nos enseña una vez más el infinito amor que siente por todos los hijos de Dios y por nosotros Sus hermanos. Él se acerca en la barca y está dispuesto a platicar con estas personas y a sanar si es necesario y nos recuerda que está también preparado para encontrarse con nosotros.

Pero ¿Cómo?

Encontrarse con nosotros en la oración, en nuestras acciones de paz, en ese servicio de entrega que tenemos por nuestra familia, en la manera en que tratamos a los demás, en la confesión y principalmente, nosotros encontrarnos con Él, en la Eucaristía.

Dios se hace presente en nuestra vida, para sanar nuestro dolor y nos ayuda a que podamos perdonar a quién nos ofende y a querer pedir perdón a quién hicimos daño y en estas acciones, somos nosotros los que vamos a tener un beneficio, porque somos esa oveja perdida, que podemos encontrar un refugio en el amor de Dios y así poder vivir en paz y llenarnos de las bendiciones que Dios Padre tiene para cada uno de sus hijos, para nosotros, las ovejas perdidas en el camino, y que ya queremos regresar a casa.

Propósito de hoy: No ser un desconocido para Jesús, que se de cuenta que estamos aquí, listos para encontrarnos con Él y con su amor infinito.