6 DE ENERO: MI OFRENDA DE AMOR.

Marcos 1, 7-11 “Tú eres mi Hijo amado”.

Nace Jesús en Belén, en un pesebre y es bautizado con el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, quién guía su camino en su ministerio de amor. Y en ese pesebre, rodeado del amor de sus padres y de los campesinos, llegan también tres reyes de oriente, que lo buscan siguiendo la estrella y al encontrarlo se dan cuenta que es el Rey del Universo, el Mesías, el Señor del mundo.

Así como los reyes trajeron regalos a Jesús, nosotros debemos constantemente hacerle regalos también. Pero ¿Cómo? ¡Con nuestra manera de creer en Él! Porque podemos decir muchas veces que tenemos fe en Dios y que como Jesús no hay mas, pero ¿Cómo es nuestra devoción a las cosas de Dios? ¿Qué hacemos diferente que nos identifica como hijos de Dios? Es buen momento para darnos cuenta si por medio de nuestra fe tenemos actos de bondad y de caridad, sí, tan sencillo como en el servicio a los demás. ¿Cuánto hacemos por aquel que nos pide ayuda, que tanto oramos, cuál es nuestra postura cuando alguien quiere que hagamos algo que nos perjudica o que daña a otras personas?

Herodes era el rey cuando nació el Niño Dios y engañó con astucia a los reyes de oriente ordenándoles regresar a él y decirle exactamente dónde encontrar a este niño del cuál todos hablaban; lo que no sabía era que los reyes se encontrarían con Dios y que los ángeles de Dios les indicarían no regresar a donde estaba Herodes. Así fue como ellos hicieron sus ofrendas al niño recién nacido, regalándole oro reconociendo su realeza, incienso reconociendo su divinidad y mirra que reconocía su humanidad. Después, ante el misterio de Dios, en la manifestación de su Hijo Jesús, los Reyes  Magos, lo adoraron y partieron a sus tierras por otro camino diferente, llenos del espíritu de amor que recibieron de ese niño inocente y puro que acababa de nacer.

Dejémonos llevar por el mismo espíritu hoy que Jesús se manifiesta en la Epifanía del Señor, para llevarle también nuestros regalos de amor pidiendo perdón a quien ofendimos y perdonando al que se acerca a nosotros a traernos paz al corazón.

Propósito de hoy: Que tu luz ilumine siempre mi camino para entregarte mi ofrenda de amor, con éstos regalos que guardo en mi corazón de compasión, de verdad y de misericordia.