3 DE ENERO: TÚ ERES UN REGALO EN MI VIDA.

Juan 1, 29-34 “Doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”

Dar testimonio de la existencia de alguien más es muy natural cuando conoces y convives con esa persona y Juan, el Bautista de nuevo nos da testimonio de Jesucristo. En este Evangelio lo hace después de haber visto la paloma posarse sobre Jesús, como le había dicho Dios: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’; y fue así como él dió testimonio del Hijo de Dios.

Nosotros ¿Cómo damos testimonio de los demás? Por lo general somos mas prontos a señalar a los que nos han lastimado ¿Verdad? “Es aquel que me hizo esto o esto otro” y en lugar de hablar de lo bueno de los demás nos enfocamos en señalar sus errores y fallas. Estaría muy bien hacer un ejercicio donde reconozcamos a los demás por sus virtudes ¿No crees? Anda, vamos, te invito a pensar en la gente que conoces y a decir algo positivo, aunque sea una sola cosa y así nos podemos dar cuenta qué tanto reconocemos las características buenas que hay en las personas con quien convivimos en nuestro día a día.

Juan nos está haciendo un regalo, al reconocer a Jesús como Hijo de Dios, está poniendo a nuestra vista las virtudes de un hombre que viene a reconocernos pecadores y a darnos la paz, viene a enseñarnos que la bondad y el servicio siempre van a ser más importantes que nuestro egoísmo, viene a mantener la paz y no buscar la guerra sino propiciar espacios de buen entendimiento, empezando por nuestro hogar y que la tranquilidad en la casa sea nuestra prioridad, para de ahí extenderla entre nuestros amigos y conocidos.

Está bien opinar diferente, siempre y cuando el respeto sea el vínculo de un buen diálogo entre unos y otros; es una manera de dar testimonio de la paz y del amor que nos regala el Hijo de Dios, quién vino a llenarnos del Espíritu de Dios, ése que reconocemos con amor y humildad en nuestro corazón.

Propósito de hoy: Derrama tu espíritu de amor en mi corazón para reconocerte en los demás y darme cuenta que eres Tú, quien detiene mi mano en momentos de dificultad.