3 DE DICIEMBRE: MI CORAZÓN ES TU HOGAR.

Marcos 13, 33-37 “Permanezcan alerta”

Hoy hemos llegado al Primer Domingo de Adviento y en este Evangelio, Marcos nos recuerda que debemos estar alertas, preparados, en gracia, por que ¡Va a llegar el Hijo de Dios, nuestro Salvador!

¿Qué sucede cuando alguien a quién queremos nos dice que va a tener un hijo? ¿Cuál es nuestra reacción? Como abuela, tía, amigo, o esposo, ¿Qué hacemos cuando recibimos esa noticia? ¿Acaso nos quedamos sin reaccionar? ¡O nos preparamos! Sí, estamos al pendiente de la fecha posible de nacimiento, corremos a comprar regalos, buscamos la cuna de esa criatura que está por nacer y a quien amamos aún antes de conocer, le preparamos su ropa y cobijas porque solo deseamos que llegue para darle todos nuestros cuidados de amor.

De igual manera, Jesús viene a encontrarse con nosotros, quiere que lo conozcamos desde antes de nacer, llega para decirnos que nos ama, y siendo un pequeño bebé nos trae más regalos de los que podemos imaginar. Quiere que estemos preparados para recibirlo y amarlo como si fuera nuestro pequeño hijo al nacer.

La iglesia tiene como tradición hacer una corona que se llama: Corona de Adviento. Es muy bonito hacer una en casa, con la abuelita, los hijos, hermanos y todos los que vivan con nosotros para estar juntos, preparándonos a la llegada del Salvador.

La corona significa continuidad, y es que el amor de Dios no tiene fin, su eternidad es infinita y esta corona se forma con unas hojas verdes que significan la esperanza de Su llegada; sobre la corona se colocan las velas, que son 5 y nos recuerdan la luz que ilumina nuestro camino, nuestra vida, para dejar de estar en tinieblas y que nos guían hacia encontrar el amor de Dios. Las velas son de 3 colores; 3 son moradas que nos dicen que hay que estar alertas, es el tiempo de espera, de penitencia, es el tiempo para pedir perdón y perdonar y se encienden cada domingo. Hay 1 vela es rosa que prendemos el tercer domingo de este tiempo de preparación, de Adviento y quiere decir: ¡que estamos ya listos con alegría, para la llegada del Niño Dios! Y la más hermosa, que es la última en encenderse, es la de color blanco y significa: ¡Que nos ha nacido el Redentor! Y celebramos haciendo una gran cena, donde familiares y amigos nos sentamos a dar gracias. ¡Gracias a Dios, por el regalo de su Hijo Jesús, a nuestro corazón!

Ha llegado a nuestra vida, el bebé que más hemos esperado, y que llega cada año para recordarnos que Su amor es eterno y que cada vez entra a nuestro corazón para amarnos y decirnos que no tengamos miedo, que aún si creemos que nuestras circunstancias son duras y dolorosas, Él está aquí y constantemente vuelve a nacer en nuestro corazón.

Es por ello, que nosotros necesitamos querer abrazarlo, recibirlo, estar alertas y preparados, para que a su llegada hagamos en nuestro corazón un hogar de amor y gracia para Él, nuestro Salvador, el Niño Dios.

Propósito de hoy: Voy a preparar mi hogar, que es mi corazón, para que en el habite el Niño que está por nacer y me llene de regalos con su amor.