29 DE NOVIEMBRE: ESTÁS EN MI CORAZÓN.

Lucas 21, 12-19 “Ustedes darán testimonio de mí.”

Ser testimonio de Dios y no solo dar testimonio de Él, es lo que somos por amor ante los demás; somos personas de gracia, llenos de dones y virtudes que en ocasiones ni siquiera sabemos que tenemos. Pero ¿Cómo es eso? ¿Te ha pasado que alguien te hace algún halago, Y tú te sorprendes? ?O que una persona te agradece por algo que hiciste, tal vez una actitud que tuviste, un gesto amable, una palabra diferente que era necesaria escuchar en ese momento? Todo esto son gracias, dones y talentos que Dios nos ha regalado a cada uno, diversos y únicos que nos permiten ser testimonio de ese amor que representa en nuestra vida y que alimentamos con la oración, porque sabemos que Dios vive en nuestro corazón.

Somos un pueblo muy ingrato, porque estamos llenos de envidia y rencor, de odio y desesperación y vemos con malos ojos a aquella persona que hace las cosas bien, como cuando decimos con absoluta certeza: “es lo que Dios ha decidido para mí” y los demás se ríen porque no lo creen, a veces parece que nos atacan porque para ellos solo son palabras vacías. ¿Te ha pasado? Porque también es muy importante que usemos nuestro conocimiento de Dios y lo que sentimos, todo el tiempo, no solo para impresionar a alguien, porque entonces nos estamos mintiendo y las personas se van a burlar de la verdad de nuestros sentimientos hacia Dios.

Si nos persiguen, o nos traicionan hasta nuestros padres y hermanos, si nos odian o encarcelan nos dice Jesús, por su causa, no debemos temer porque en el momento preciso, Él por medio de Su Espíritu pondrá en nuestros labios las palabras precisas y sabias que ningún enemigo podrá contradecir.

Así es la fe cuando está fortalecida, cuando caminamos del lado de Dios, cuando en todo dolor, sabemos que Él viene a consolarnos y nos da Su gracia, para ser siempre portadores de Su palabra de vida eterna, sin miedo. Con amor.

Propósito de hoy: Que sea la voluntad de Dios y no la mía, la que me guíe este día y los demás para vivir siempre en Su verdad.