27 DE NOVIEMBRE: TODO ES PARA TI.

Lucas 21, 1-4 “Ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”

La generosidad de quién tiene menos, vence al que da lo que le sobra; porque la acción de dar va acompañada de un sacrificio de amor.

¿Qué tan generosos somos cuando damos? Ya sea a la iglesia, o en nuestra casa y el trabajo, con los amigos. Es cierto que nadie puede dar lo que no tiene, sin embargo, en el Evangelio de Lucas, esta mujer que era viuda y pobre dió todo lo que tenía sin importarle quedar con las manos aparentemente vacías.

En este dar, podemos hablar de darnos nosotros mismos, de compartir nuestra presencia o nuestros dones con los demás, aun si nos cuesta algo de trabajo. El que tiene prisa no tiene tiempo para disfrutar de la vida porque está distraído con el vaivén de su propia existencia y en el camino no hay espacio para darle de comer al que tiene hambre, mucho menos de ser bondadoso con quién nos ha amado siempre, como nuestros padres o abuelos. Porque cuando estamos con ellos, estamos dedicándole nuestro tiempo a Dios, sí, así como lo oyes. Las acciones que nos dignifican son aquellas que hacemos con amor y tal vez si nos cuesta trabajo para manejar y llegar a casa de nuestro familiar enfermo o adulto, ese esfuerzo vale más que cualquier cosa material que tengamos. No recordemos que jamás nos preocupamos por los demás, cuando ya es muy tarde.

Vivir en oración constante, como cuando rezamos en el auto, o agradecemos los alimentos, o cuando vamos con intención a la iglesia, aunque sea un momento a darle gracias a Dios, o a pedirle su misericordia, estamos llenando nuestro corazón de gracia y es por medio de esa gracia que tenemos esperanza para ser mejores personas, que queremos compartir lo que tenemos, nuestra alegría, o compañía, o nuestro abrazo amigo en el dolor y nos sentimos bien, podemos creer que nuestra vida tiene un sentido y que ese sentido se lo da el gran amor de Jesucristo que nos llena de paz.

Seamos siempre ricos en la compasión, que no se note nuestra pobreza, que en el servicio se refleje mucha riqueza, esa que se nos llena cuando tenemos fe y luchamos por ser testimonio del amor infinito de Dios.

Propósito de hoy: Tener una entrega de amor al darte mis pensamientos y mis acciones como testigo de amor.