Lucas 19, 41-44 “!Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz!!”
Jesús no se cansa de repetirnos “si conociéramos qué nos puede conducir a la paz”, pero, en realidad, si lo conociéramos: ¿Lo Seguiríamos? No. La respuesta es un abrupto NO. Estamos condenados a ser infelices…!porque bien pudiéramos ser felices!
La Palabra de Dios es paz.
Si nosotros quisiéramos ser personas de paz, supiéramos cómo seguir el ejemplo de Jesucristo, cómo llenarnos de la misericordia de Dios, y aparte de saber cómo, también nos emocionaríamos ante la idea del bien y del perdón y de la compasión.
Lucas menciona en su Evangelio, que nos atacaríamos, y sufriríamos, y nos mataríamos y que la ciudad de Jerusalén se vería amenazada y es algo que ha sucedido desde el principio de los tiempos; aún hasta el día de hoy, vemos cómo la Ciudad de Jesrusalén sigue viviendo una guerra que no tiene fin y Jesús se pregunta ¿cómo es que seguimos evadiendo la paz, la felicidad y el amor entre unos y otros?
La oración nos acerca a la paz, porque nos permite creer en la verdad que nos hace dignos, que nos llena de esperanza, que aumenta nuestra fe. Podemos leer en la Biblia, en el Catecismo, y en libros relacionados con la palabra de Dios, muchas maneras para procurar la paz; nos hablan de bondad, de virtud, de compasión, de amor y podemos aprender que no debería de costarnos tanto trabajo ser personas de bien.
Hoy celebramos en algunos lugares del mundo un día especial para dar las gracias. Gracias por lo que tenemos, por lo que somos, por las virtudes que compartimos con los demás, agradecemos el don de la vida, la salud, el amor y en especial porque podemos brindar la paz a los demás y agradecer que estamos aquí y tenemos con quién compartir nuestras alegrías y nuestras tristezas. Agradecemos que no estamos solos y que tenemos muchas bendiciones que nos ayudan a ser mejores seres humanos. Brindemos hoy por la paz y agradezcamos los dones y virtudes que nos llenan de gracia por la mano de Dios.
Propósito de hoy: Gracias Padre por que soy tu hijo amado y por todo lo que me das, ayúdame a querer ser siempre una persona de paz.