3 DE NOVIEMBRE: TE VEO JESÚS EN MI HERMANO, EL MÁS PEQUEÑO.

Lucas 14, 12-14 “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso”.

¿Por qué nos da este mensaje Jesucristo el día de hoy?. Él nos dice que si invitamos a nuestros amigos a un banquete, a cenar a casa, o a comer en un restaurant, nuestros amigos querrán correspondernos invitándonos a comer o a cenar, lo cuál es muy lógico, así se crean los lazos de amistad y de ahí nacen muchas relaciones bonitas, y a la vez los invitados sienten un compromiso por nuestra invitación.

¿Te ha sucedido?

Sin embargo, Jesús nos dice que invitemos al más pequeño, al que no tiene mucho, al enfermo, al pobre y que no nos preocupemos si ellos no nos pueden regresar la invitación, o si ellos no nos corresponden, porque de seguro no es porque no quieren hacerlo, sino que puede ser porque ellos, en ese momento, no tiene cómo hacerlo. Y Jesús nos dice: “porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. 

Ser justos no significa juzgar a otros, significa que a todo le damos su lugar, que no hacemos trampas, que no engañamos y que procuramos que haya igualdad entre las personas, entre unos y otros. Ser justos implica aplicar nuestros conocimientos para el bien común, para agradecer que a veces tenemos más que otros y debemos aprender a compartir en prates iguales, de una manera amorosa, con alegría, sin quejarnos por tener que compartir con otros.

Aprendamos de Jesús, que él no hizo a nadie de menos, al contrario nos dio clases de inclusión, nos enseñó el valor de las personas, que poco o mucho todos somos honorables, que es por nuestra manera de actuar hacia los demás que seremos juzgados en el último día; y qué mejor que estar preparados. Jesús quiere que imitemos sus obras, que aprendamos de él a ser el hermano que se preocupa si te falta algo, si tienes necesidades y si estas desamparado. Jesús es la muestra del amor verdadero, que no se nos olvide.

Seamos como Jesús, amemos sin condición.

Propósito de hoy: Abro los ojos a ver al más pequeño sin humillarlo y sin sentir que porque mi vida ha ido mejor, soy mejor que él. Todos somos iguales a los ojos De Dios.