17 DE OCTUBRE: TENGO SED DE TU VERDAD.

Lucas 12, 1-7 “Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse”.

Los fariseos, son los que siempre le ponen trampas a Jesús, que pasan los días en el templo y no reconocen al Hijo de Dios. ¡Qué difícil tarea tiene Dios para con nosotros! Si, porque también somos esos fariseos que dudamos si en realidad existe la figura de Jesus, como Hijo de Dios.

¡Hipócritas! Los llama, porque se ocultan detrás de una fachada puritana, cuando en realidad solo buscan el bien para ellos mismos y cuestionan todo lo que hacen y dicen los demás. Ellos, pareciera que su mayor intención es juzgar y separar; sí, a todo aquel que crea en algo con lo que ellos nos están de acuerdo.

Y, acaso, ¿No hacemos nosotros lo mismo? Si no estás de mi lado, hablo mal de ti; si no estás de acuerdo conmigo y tus opiniones no son iguales a las mías, entonces tú eres el que esta mal y quedas fuera de mi círculo de amistades. Cuando no queremos aceptar que los demás también son dignos de tener su propia personalidad, entonces somos nosotros los hipócritas, como los fariseos. Que hablamos una cosa cuando pensamos en otra. Todo en esta vida se sabe, lo bueno o lo malo que hacemos y no somos nadie para juzgar a otros, no tenemos que mentir ni engañar para obtener algo, simplemente con ser nosotros mismos en la bondad y en el amor, vamos a lograr alcanzar la gloria de Dios Padre.

Seamos seres humanos que siembren en buena tierra el amor de Dios y que su cosecha es abundante en dones y talentos desarrollados para el beneficio de todos.

Propósito de hoy: Ayúdame Padre, a no ser hipócrita como esos fariseos , al contrario, dame tu gracia para dar testimonio de que se, que soy, hijo de