24 DE AGOSTO: QUE MI COMPROMISO SEA TU AMOR.

Lucas 13, 22-30 “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

“Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán” y ¿qué significa esto de la puerta angosta?, ¿por qué nos dice Jesús que muchos vamos a tratar de entrar y no vamos a poder?

¿Te asustan sus palabras?

Seguir a Jesus implica un compromiso. ¡Sí! Más que sacar 10 de calificación en la escuela, más que ser el primer lugar en las asambleas, más que acumular riquezas que no son las de Dios. Y tal vez seguimos preguntándonos ¿pero, cómo es eso?, ¿entonces cuál es el compromiso?

¡Amar es el compromiso!

¡Amar a Dios por sobre todas las cosas y a nuestro prójimo! Y pensaremos que eso es muy fácil, que ya amo como él me pide. Y si es así, ya podrás pasar por esa puerta angosta que te lleva a la plenitud del amor de Dios.

“Los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”.

Que tu voluntad vaya en servicio a los demás, que primero ayudes al que lo necesita antes de complacerte a ti mismo, que le des de comer al que tiene hambre y de beber al que tiene sed. Que dejes tu soberbia y vayas a ver al que está preso, al que está enfermo, al que está con un dolor. Sin embargo, si éste es tu hermano, al que dejaste de hablarle porque no piensa como tú, entonces así como Jesús nos perdonó en la cruz, se tu el primero en acercarte a buscar la paz.

Es el amor lo que nos salva, pero no el amor que das para obtener algo a cambio, porque entonces deja de ser de Dios. Vivamos el ejemplo de María, la primera persona que por amor y tal vez sin entender, le dijo a Dios que sí. La primera que amó a su Hijo Jesucristo solo porque él se lo pidió. La primera en perdonar. Que sea María, nuestra Madre, el camino hacia esa puerta estrecha y que nos ayude a amar con sencillez.

Seguir a Jesús, no es tan fácil; debemos amar y perdonar; debemos pedir perdón también para poder amar. Entonces si no tienes odio, rencor, deseos del mal hacia ninguno de tus hermanos, tu camino ya está en la dirección correcta, pero si tienes algo en contra de tu hermano, es mejor que lo busques y le entregues tu compromiso con Dios y le pidas perdón, aún cuando creas que no fue tu culpa.

Propósito de hoy: Quiero ser el último en ofender a mi hermano y ser el primero para amar a Dios y comprometerme con él para ser como él me creó, a imagen de su Hijo Jesús.