21 DE AGOSTO: QUIERO ESTAR PREPARADO PARA SER DIGNO DE TI.

Mateo 22, 1-14 “La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos”.

Ser digno del Reino de los Cielos, ¡sí que es difícil!

Los invitados a la boda de la que habla este Evangelio de Mateo, no se alistaron para asistir, no se preocuparon por su persona y despreciaron la invitación. Muchas veces con tal de no enfrentar alguna situación, la evadimos. ¿Te ha sucedido a ti? Seguro que sí.

El comportamiento humano está dirigido por instintos y reacciones y cuando no estamos de acuerdo con algo o nos disgusta la franqueza de alguien, preferimos darnos la vuelta y alejarnos. Y muchas veces es porque nosotros somos deshonestos, no estamos preparados para escuchar una verdad, y de lo que queremos huir es de nosotros mismos, no tanto de los demás.

Prepararse para asistir al banquete de bodas o al Reino de los Cielos, es actuar con la verdad que escuchamos en la Palabra de Dios. Es por medio del Espiritu Santo que podemos atender la voz de Jesucristo, sí, esa que nos invita a llevar una vida ordenada, donde nuestro pecado no opaque nuestra felicidad. Una vida de servicio donde ayudar a salir adelante a nuestro hermano nos llene de alegría, aún si no recibimos algo a cambio. Preparar nuestras virtudes para el beneficio de todos, descubrir nuestros dones para hacer el bien, saber que con una palabra amable podemos conquistar corazones rotos. Ungir con el aceite con que ungimos al Señor al que carece de amor, ser una caricia para el que se siente derrotado, estar dispuestos a pedir perdón y a perdonar así como Jesus nos perdono en la cruz, cuando fuimos un juez severo y lo mandamos crucificar.

Que la alegría de la Resurrección del Hijo de Dios, sea nuestro camino hacia la verdad, la honestidad, hacia un mañana donde no tengamos que escondernos por sentirnos indignos de amar. Vivamos la paz del corazón al acercarnos a la reconciliación, a la Eucaristía, y al perdón.

Propósito de hoy: Padre, no soy digno de ti, pero ayúdame a llegar al banquete al que me has invitado.