Mateo 18, 21–19, 1 “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?”
El perdón.
!Ha, qué difícil! Y a la pregunta de Pedro, Jesus le dice 70 veces 7. Que significa que lo debe perdonar toda la vida. Y la pregunta nuestra es: ¿por qué?
Uno se cansa de perdonar y perdonar ¿verdad?, pero ¿cuántas veces ofendemos a Dios? Y ¿cuántas veces Dios nos perdona?. Tomemos el resto del día para contar cuántas veces nos ha perdonado Dios en nuestra vida, y a ver si nos alcanza solo una tarde. Y Dios, ¡no se cansa! No, el tiene mucho amor como para darnos nuevas oportunidades, en la esperanza de que dejaremos de cometer los mismos pecados, que nos arrepentimos de verdad para dejar eso atrás.
La misericordia de Dios es infinita y él siempre nos enseña que su amor es invencible. Y Jesus nos pide que tengamos compasión por nuestros hermanos, que tengamos humildad para ir a pedirle perdón a quién ofendimos y a perdonar hasta 70 veces 7 a quien nos ofende.
Cuando hablamos de perdón, no hablamos de justicia, porque la justicia no tiene corazón; es algo humano que no viene de Dios. El perdón toca el corazón, abre nuestros sentidos al amor y por más que nos duela, perdonar es la única manera de encontrar la paz.
También nos habla de compasión, de ese sentimiento que nos lleva a querer a nuestro hermano aún cuando nos ha fallado. Así como Jesús en la cruz pidió a Dios Padre por nosotros: “perdónalos, que no saben lo que hacen”.
Propósito de hoy: Padre ayúdame a no cometer los mismos errores, dale paz a mi vida para dejar de ofender a mi hermano y si lo hago, pueda yo acercarme a pedir su perdón.