25 DE JULIO: SERVIR ES MI FELICIDAD.

Mateo 20, 20-28 “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención”.

Muchas veces cuando hablamos de servicio, nos viene a la mente el orgullo. ¿Cómo si soy el gerente de mi compañía voy a servir a mi esposa?, ¿Qué van a decir si me ven ayudado a ese señor en sillas de ruedas, para cruzar la calle, si yo soy “importante”?, yo trabajo en un banco ¿como me voy a rebajar a socorrer a una persona que necesita ayuda?…¿Acaso te identificas? ¿Hasta donde llega nuestra dignidad?

Jesucristo, nacido en un pesebre, nada de casas de lujo, ni sirvientes, i plato de oro; es el Hombre más rico del mundo y a la vez, el más humilde, ¡sí! Él dió su vida para servirnos a nosotros, ¡sí! Él es el único que sacrificó su vida, y que murió en una cruz, y ¿para qué?…para que tú y yo aprendiéramos que el amor de Dios, siembra en nuestro corazón el deseo de servicio, de humildad, de compasión. Y si estamos en esta etapa de nuestra vida y aún no lo comprendemos, es que aún nos queda mucho por caminar.

Pero, ¡alto! No entristezcas. ¡No! Porque Dios está aquí y nos deja intentar una vez más, ¡sí! Su misericordia es eterna, nunca se acaba, él no se cansa jamás. Nos espera.

Y nosotros ¿qué haremos? Vamos a aprender con el ejemplo de Jesús. Vamos a procurar ser un buen hermano, un buen esposo, una buena madre. Vamos a poner nuestra mejor cara ante la adversidad, que la tormenta no nos haga cambiar hacia el rumbo equivocado. Que encontremos en Jesús las respuestas ante nuestro dolor. Solo debemos decirle: ‘Padre, te necesito’, y él volteará a vernos y con su espíritu consolador nos hará salir adelante, nos llenará de ánimo, nos dirá que no estamos solos, que él vino para servirnos en compasión y perdón.

Estemos pues, preparados para estar ahí, presentes cuando aquellos que nos aman nos necesitan y sin importar nuestro rango social, podamos, con amor, extender una mano y servirlos por la gracia que Dios nos da. “El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo”, nos recuerda Jesús.

Que no se nos olvide ser felices y ayudar a los demás a serlo también.

Propósito de hoy: Que el servicio digno a los demás sea siempre parte de mi vida, porque es en el servicio que encuentro mi felicidad.