13 DE JULIO: ME PREPARO PARA LLEGAR A TI.

Lucas 10, 25-37 “El que tuvo compasión de él.”

Todos queremos entrar en el Reino de los cielos, y desde siempre ha existido la pregunta: ¿qué debo hacer para lograrlo? Jesús responde al doctor de la ley, quién le hace la misa pregunta, con un ejemplo de amor.

Le cuenta la historia del hombre que fue asaltado en el camino y queda casi muerto y el encuentro que tuvo con un sacerdote, un levita y un samaritano que pasaron por ahí. Éste último, fue el único que se detuvo, lo ayudó, lo curó y lo llevó a un lugar seguro. Y le pregunta Jesús a éste doctor de la ley: “¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?”. Al responderle que fue el que tuvo compasión, Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”.

Así también, es la respuesta del Hijo de Dios para nosotros. Hay que salir y tener compasión por nuestro prójimo, tal y como nos dice el Primer Mandamiento:  “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Y es que, cuando hay compasión también hay amor.

Jesús nos invita a salir y hacer lo mismo que hizo el samaritano, él ayudó a su prójimo, sin saber quién era. Es el servicio digno a los demás, lo que nos impulsa a ser seres humanos correctos, con valores morales sólidos, con una entrega íntegra porque sabemos que al ayudar a alguien estamos imitando los pasos de Cristo.

Y ¿Cuál es el camino?: ¡Cristo!

Propósito de hoy: Quiero que nunca me falte la humildad de Jesús, para estar dispuesto a tener gestos de amor hacia las personas que caminan a mi lado.