21 DE JUNIO: CONTIGO LO TENGO TODO.

Mateo 6, 24-34 “Hombres de poca fe”.

La duda.

Jesús con frecuencia pone en duda nuestra fe, y con mucha razón. Nos tiene que repetir todo el tiempo que tengamos fe, que creamos en él, que confiemos en Dios; y nosotros, ¿qué hacemos? Nos desviamos, sí, buscamos respuestas más “palpables” para  nuestros problemas en lugar de dejarlo todo en sus manos. ¿Tu qué crees?

“No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas” y es verdad. Somos expertos en enfocarnos en encontrar problemas en lugar de soluciones. “Por consiguiente”, nos dice Jesús, “busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura”. ¡Sí! Tendremos la voz de Dios que nos responda, que hará justicia y recibamos cada uno lo que hemos sembrado.

Solo hay una situación que a veces olvidamos; ponemos a Dios de lado, dandole mayor importancia a las cosas del mundo, a las pertenencias, al dinero, al poder y nos convertimos en personas arrogantes, superiores, presuntuosas ante los demás y nos sentimos autosuficientes. Y es ahí donde Jesus nos recuerda: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”.

¡Es momento de elegir!: ¿Amas a Dios?, ¿Amas el poder que te dan los bienes materiales?

Poner en una balanza lo que tenemos y lo que somos, nos dejará claro que todo es por la gracia de Dios. Y debemos sentirnos bendecidos, no superiores. Es Dios quién nos ayuda a lograr metas, es su amor el que nos permite apreciar a las personas que están a nuestro lado, a darnos cuenta de que nos necesitamos unos a otros para el buen funcionamiento social. Nadie vale más ante los ojos de Dios, que aquel que vive en sencillez, con un corazón arrepentido, procurando el bien, siguiendo los pasos de Jesucristo y de alguna manera siendo el más humilde entre todos; el que sirve con amor, y que siente con compasión el dolor de los demás.

Vivamos en oración, para que Dios, nuestro Señor aumente nuestra fe, debemos ser más fieles a su Palabra, para poder creer, para confiar en que es en Cristo que vamos a encontrar nuestro verdadero valor.

Propósito de hoy: Padre, dame más fe, para no dudar en tu Palabra de amor y crecer en el amor que das por mí cada día de mi vida.