6 DE JUNIO: NUNCA OLVIDES QUE TE QUIERO.

Juan 21, 15-19 “Sí, Señor, tu sabes que te quiero”.

A la tercera vez que Jesús le preguntó a Simón si lo amaba, éste entristeció, nos cuenta el Evangelio de Juan. Y entonces le respondió: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”.

Y nos cuestionamos por qué Jesús preguntó tantas veces lo mismo. Había un propósito. Con cada respuesta Jesús le daba una tarea a Simón. “Apacienta mis corderos. Pastorea mis ovejas. Apacienta mis ovejas”. Para terminar con la más importante: “Sígueme”.

Y nos pasa igual a nosotros, siempre estamos cuestionando si los demás nos aman y no porque no sabemos la respuesta, si no, tal vez, porque queremos encontrarle un propósito a ese amor. Queremos un compromiso profundo que nos haga tener ese sentimiento de pertenencia, de que sí hay un propósito en ese amor y queremos ratificarlo todo el tiempo. Como el de Jesús con Simón, en quién edificó su iglesia, enseñándonos un ejemplo de compromiso y de confianza después de que Simón lo negó tres veces.

Nosotros queremos la fortaleza de Jesús para perdonar, para creer en los demás, para saber que nuestra vida tiene un propósito. Y solo lo vamos a lograr con la oración, aumentando nuestra fe y confiando que al cumplir con lo que quiere Dios de nosotros vamos a alcanzar a percibir ese amor que tanto cuestionamos.

Es el amor de Dios, el que nos da la plenitud como seres humanos libres, porque su amor nos hace libres, nos llena del Espíritu Santo y nos permite llevar una vida sencilla donde lo más importante es seguir los pasos de Jesucristo, imitando sus obras, caminando con la certeza de que la gracia de Dios nos protege.

Vamos recordándole a Dios que nuestra respuesta será siempre sí y si le fallamos o lo traicionamos, que tenga la misericordia que tuvo con Simón para que no nos abandone, para que perdone nuestras faltas y para que nos reciba en el último día.

Propósito de hoy: Ayúdame Padre a seguir tus pasos para apacentar a tus ovejas, para ser una guía en la vida de aquellos que confían en mí y para dar testimonio con mi servicio, de que mi vida está llena de tu amor, de que te pertenezco y de que nunca me dejas solo.