6 DE MAYO: ME ALIMENTO DE TU AMOR.

Juan 6, 30-35 “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”.

Tener hambre de Dios. ¿Te has puesto a pensar si tienes hambre de Dios?…¿y sed?, ¿Pero, qué significa eso?

Cuando nos gusta mucho algo de comer, parece que volvemos al mismo lugar a comerlo de nuevo, igual cuando nos gusta mucho un tipo de refresco, lo queremos tomar todo el tiempo. Y me pregunto, ¿es igual cuando tenemos hambre de Dios? ¿Lo buscamos hasta encontrarlo, o nos conformamos con algo que se parece e él?

¿Qué tan grande es nuestra fe?

Jesús nos dice en este Evangelio de Juan, que él es el pan de la vida y nosotros sabemos que necesitamos de ese pan, para poder vivir. Sí, es la Palabra de Dios la que nos alimenta, la que nos llena el alma de esperanza, la que nos dice cuál es el mejor camino para llegar al Padre.

Creer en Jesús, es querer agradarle y lo podemos hacer cuando nos preocupamos por otros. Cuando somos justos y comprendemos que todos somos diferentes, aprendemos que la verdadera felicidad está en el servicio y en el amor que damos. Buscar a Jesús en nuestro corazón significa sentir empatía por los demás, ponernos en su lugar para entender, ver con los ojos del corazón de Dios. Con amor, con agradecimiento, con interés en que todos tengamos lo necesario para vivir, para salir adelante, para encontrar a Jesús en todos lados. Porque, una vez que lo encontramos, vemos con sus ojos e intentamos actuar con la misma compasión que él.

Cuando tenemos sed y hambre de Dios, hay que buscarlo en la oración, en la Eucaristía, en nuestras acciones de bondad y en la manera en que nos entregamos a vivir en una comunidad armoniosa, donde el odio y la venganza no tengan cabida. Vamos uniendo nuestra oración, para que nuestra vida tenga sentido sabiendo que es Jesús el pan de vida, es la voz en el desierto, en el camino y la verdad, es el proveedor de paz, y el que vino a entregarse para que nosotros nunca tengamos hambre de su amor.

Propósito de hoy: Padre, que nunca me falte tu amor para poder tomar mejores decisiones y agradecerte por ser mi alimento diario y por iluminar mi camino porque se que te necesito, tengo hambre de ti. No permitas que me separe de tu amor, ayúdame a que seas tú el que dirija mi camino.