28 DE ABRIL: QUIERO NACER EN EL ESPÍRITU DE DIOS.

Juan 3, 1-8 “Lo que nace del Espíritu, es espíritu”.

Nacer al Espíritu Santo que es Dios, es volver a nacer, pero esta vez, conscientemente, con intención renacer en Dios, a la vida eterna de Dios.

Pero ¿Cómo es eso?

Muchas veces se piensa que solo aquellos que cometen faltas deben confesarse, ¿Te ha sucedido? Sin embargo, Dios nos reúne a todos en el templo porque todos necesitamos de él, por más buenos que creamos ser, vamos a alcanzar la gloria de Dios por medio del Espíritu de Dios solamente: “lo que nace del Espíritu, es espíritu”, que significa, nacer de nuevo en Dios, a la vida eterna de Dios.

Es el Espíritu de Dios el que nos mueve, el que renace en nosotros, es nuestro motor hacia el camino justo; es nacer en Dios mismo. ¡Dios nos transforma! Seguir los mandamientos, realizar obras de misericordia y ser buenos seres humanos, se complementa con este renacer en Dios. Ser seres espirituales, con la sensibilidad de Jesús en nuestro corazón,  es poder sentir el dolor del otro y poder actuar en su favor en una entrega profunda de caridad.

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, ¡Este es Jesús!, ¡Sí! El que murió en la cruz por nosotros, nuestro Salvador y el Hijo de Dios que fue sacrificado por nuestros pecados y al resucitar nos acerca a estar cerca de Dios Padre, y todos lo que confiamos en él podamos nacer de nuevo en su espiritu. Nos entregamos en la fe en Cristo resucitado, Dios nos perdona al arrepentirnos y nos llena de vida, nacemos en una comunión con el Espíritu de Dios y nos permite pertenecer a él. Transforma nuestra vida humana hacia una vida espiritual para creer en el Hijo de Dios, para querer imitar sus obras por que somos hechos a su imagen y semejanza. Dios nos da la oportunidad de decidir si queremos recibir al Espíritu Santo en nuestro corazón para alcanzar la vida eterna.

Y tú ¿Quieres ser una persona que se deja llenar del Espíritu de Dios?

Propósito de hoy: Padre, ya soy bueno, como Nicodemo, y estoy arrepentido, te pido que me  ayudes a aumentar mi fe para renacer en tu amor y poder recibir tu misericordia lleno de Espíritu Santo en mi corazón, para nacer en ti.