Juan 18, 1–19, 42 “Todo está cumplido”.
¡El amor de Jesús! ¡Que murió por ti y por mí! Hoy llega a su comienzo, hoy nacemos a un despertar donde nos damos cuenta que el Hijo de Dios sufrió y perdonó y amó sin límites.
Y sí, es un nuevo día para despertar y darnos cuenta lo mucho que tenemos que agradecer a Dios. Por todas sus bondades, su misericordia, su Palabra de amor eterno. Hemos seguido la vida de Jesús, donde tal vez hemos llorado cuando lo llevan preso, o cuando lo quieren aventar al precipicio en Nazaret, o cuando lo niegan por temor a ser reconocidos como sus seguidores. Y despertamos ante la realidad de que todos somos hechos a imagen y semejanza de Dios y que esas virtudes de Jesús también están presentes en cada uno de sus hijos. Despertamos para darnos cuenta que tenemos tanto por conocer de nosotros mismos, tantos dones y talentos que podemos usar al servicio de los demás, para llevar una luz de esperanza a aquel que vive en la obscuridad…porque no conoce a Dios, o porque no sabe de su amor infinito.
“Todo está cumplido”, dice Jesús antes de morir, cuando se realizó el plan de salvación de Dios.
A nosotros nos corresponde darle vida a la muerte de Jesús, sí, no podemos quedarnos en tinieblas, hay salir de nuestro dolor y buscar ayuda para poder sanar. También debemos comprometernos a ser feliz. ¡Sí! Es ahí en la cruz cuando Jesús pide por el perdón de nuestros pecados, deseando que encontremos nuestro camino, ese que nos lleva a la compasión y a la caridad; sí, el que nos lleva a encontrarnos con él, y
a vivir su gran historia de amor, por la humanidad.
Vivamos hoy, Viernes Santo, con la devoción de unirnos a Jesús en su camino al Calvario, acompañémoslo con amor en el Via Crucis de su Pasión y acerquémonos a él, con compasión y con la certeza que, en nuestra fe, podemos entender su dolor.
Propósito de hoy: Oh Jesús que diste tu vida por mi, espero tu resurrección para yo también resucitar a una vida comprometida contigo, porque creo en ti que eres Palabra de Vida Eterna, tu eres el Camino, la Verdad y la Vida.