27 DE MARZO: YO ESTOY CONTIGO.

Lucas 11, 14-23 “El que no está conmigo, está contra mí”.

¿Quién y qué está contra Jesús? El mal, el demonio, las tentaciones, la maldad y todo aquello que nos minimiza, que nos degrada, que nos quita nuestra dignidad de hijos de Dios. Todo lo que está en nuestra contra, está también en contra de Dios.

Y entonces, debemos preguntarnos ¿Por qué vivimos en una sociedad donde parece que nos gusta hacernos daño mutuamente? Pero, ¿Cómo es eso? Lo demostramos en la venida del Hijo de Dios, él solo nos hablaba de amor “Ámense unos a otros como yo los amo”, y debemos de buscar en nuestro interior ¿dónde está ese amor?. Si yo tengo la capacidad de amar, ¿por qué no amo a los demás?. ¿Por qué no pude entender las palabras de Jesucristo y lo llevé a morir en una cruz? ¿Qué nos hace falta para saber amar como él?

Tal vez un examen de conciencia, o una radiografía de nuestro corazón, o tal vez ponernos en el lugar de nuestro hermano y sentir lo que él siente. Tener empatía por el dolor del otro, o por la pena que lleva en su alma. Tal vez, nos falta humanidad. ¡Sí! Como esa que tuvo Jesús y que vino a compartirla con todos, cristianos o no.

Como aquellos que expulsaban demonios en nombre de Jesucristo y fue él quién dijo que estaba bien, que por lo menos aquellos que actuaban en su nombre jamás hablarían en su contra. Nosotros tenemos la misma capacidad para hablar de Jesús con el amor que vino a darnos, con el ejemplo de fortaleza que vimos en la cruz y con su oración al Padre, pidiéndole perdón por nosotros que no sabíamos lo que hacíamos, y que tal vez, hoy seguimos sin saberlo.

Vamos a unirnos a Jesús en la oración y a recibirlo en la Eucaristía, vamos imitando su ministerio, de compartir la Palabra de Dios con los demás para que seamos más los que estemos de su lado. Crecer en humildad, en compasión, en amor y dar testimonio de fe, de que creemos en él, en su Palabra de salvación y de vida eterna.

Propósito de hoy: Padre, quiero estar siempre contigo, dar ejemplo de vida a los demás, estando siempre al servicio del que más te necesita, de quién busca tu amor.  Lléname de tu gracia para aumentar mi fe en la oración, en el perdón y en el amor.