20 DE MARZO: CREO EN TI, PADRE DE AMOR.

Lucas 16, 19-31 “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto”.

Escuchar la Palabra de Dios tiene que ver con nuestro corazón. Significa que hay que estar atentos a lo que dejamos entrar en el. Nos dicen las escrituras que si nosotros no queremos escuchar a Moisés o a los profetas, estamos negándonos a las gracias de Dios y nos dice: “no harán caso, ni aunque resucite un muerto”; y es que queremos siempre pruebas y tal parece que ni aún cuando Jesucristo resucitó le creímos, nuestro corazón endurecido no nos permitió aceptar su amor infinito.

Y ¿que necesitamos para escuchar? ¡Voluntad!

¡Sí! Querer hacer el bien, ayudar a los demás, aprender a rezar, vivir en la bondad y la misericordia que nos da el amor de Cristo. Y para querer escuchar hay que tener fe. La fe, es una gracia que le pedimos a Dios todos los días y que él, al darnos la mano guiándonos a la oración, a la Eucaristía y a la reconciliación con nosotros mismos, con nuestro hermano y con Dios, nos lleva a aumentar nuestra fe.

Vamos proponiéndonos escuchar la voz del Creador. Vamos disponiéndonos a tener un encuentro con él para que nos ayude a comprometernos, a querer dar ejemplo de fe, a no pedir más pruebas y a escuchar lo que es importante. Vivamos con alegría las obras de misericordia, ayudar a quién nos necesita, darle de comer al que tiene hambre, vestir al desnudo, visitar al enfermo, al que está privado de su libertad y al que sufre.

Recordemos la obra de nuestro Señor Jesucristo, lo que vino a hacer por nosotros, su muerte en una cruz tan injusta, porque cuando nos habló de amor, nos asustamos y lo mandamos matar. Hoy es un buen día para reconciliarnos, para pedir perdón, para enseñar a otros a orar, y para recibir a Jesús en nuestro corazón.

Propósito de hoy: Padre dame la gracia de la fe, te pido no me dejes solo porque yo creo en ti.