4 DE MARZO: DEJO MI EGOÍSMO Y TE SIGO.

Marcos 10, 28-31 “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”.

Seguir a Jesús.

Lo vemos en la vida de los apóstoles, que dejaron todo y fueron a seguir a su Maestro. Y Jesús les dice: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna.”

Recibirán todo a cambio por su entrega. Es interesante que les dice también que tendrán persecuciones; les advierte que las cosas se van a poner difíciles en algún momento. Y sÍ, estar del lado de Jesús ocasiona miedo al rechazo cuando el pilar de nuestra fe es débil, como sucedió con alguno de sus apóstoles y lo negaron y lo entregaron para morir en la cruz. Tal vez, en ese momento, ellos no entendieron, como nos sucede a nosotros. No siempre entendemos la voz de Dios.

Jesús habla mucho del tema “dejar y seguir” y mucho se refiere a dejar nuestra individualidad egocéntrica, dirigida a dejar de quererlo todo solo para nuestro beneficio como si solamente existiéramos cada uno de nosotros, sin importarnos los demás. Ese dejar, es crecer en el conocimiento de que todos somos hijos del mismo Padre Celestial y tenemos los mismos privilegios desde nuestro bautizo, somos hijos de un Rey, soberano de todas las naciones que nos ha dado la gracia del amor.

Dejar amarnos por Dios y dejar que Jesucristo obre en nosotros; significa, dejar que sea su voz la que ilumine nuestra obscuridad, que nos lleva siempre hacia el camino sembrado de verdad, de fruto abundante donde vamos a alcanzar la gloria de Dios, la vida eterna.

Jesús siempre nos invita a seguirlo, a ir mar adentro, “Duc In Altum”, para convertirnos en pescadores de hombres, que no es otra cosa más que, sembrar la Palabra de Dios en el corazón de aquellos que nos rodean. Jesús concluye el Evangelio dándonos un lugar en su corazón al dejarlo todo para seguirlo: “Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros”.

Propósito de hoy: Padre, ayúdame a dejar mi egoísmo y permíteme ser el primero en humildad ayudando a otros a construir su camino hacia la santidad, para no querer ser siempre el primero dejando a mis hermanos atrás.