1 DE MARZO: QUIERO SER SIEMPRE COMO UN NIÑO.

Marcos 10, 13-16 “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”.

Ser como un niño para entrar al Reino de Dios, nos dice Jesucristo. Pero a veces no entendemos bien cuál es el significado. Un niño necesita de ayuda, la de sus padres principalmente para crecer sano, amado, para formar su ideología, su cultura, sus valores. Un niño está aprendiendo, es inocente y todo lo cree. Su escala de valores se va formando. Y en todo esto que un niño tiene que aprender para ser una persona de bien, entra el factor más importante de todos: el amor.

Cuando en el entorno familiar se le habla al niño de la gracia del amor que nos viene de Dios, ese niño va a crecer con un corazón sediento del amor de Dios. Se va a dar cuenta que necesita a Dios en su vida, que es ahí donde él va a encontrar sus fortalezas; donde va a recibir respuestas ante un mundo donde todo cambia y donde las virtudes desaparecen poco a poco. Cuando nos alejamos de Jesús, el camino se vuelve más árido, olvidamos regarlo con acciones de bondad, de servicio, de misericordia y le damos entrada a lo que destruye nuestra inocencia de niño. Dejamos de ver la honradez en nuestras acciones y la de los demás, dudamos; olvidamos qué es la humildad, y en lugar de servir: exigimos. Perdemos el concepto de una risa amable, de un saludo educado, de dar por gusto y no porque nos sentimos obligados.

Ser como un niño es abrazar la felicidad, es querer ayudar, es acompañar a nuestros mayores con alegría, es escuchar y aprender, es verlo todo con los ojos de Dios y reconocer que en el camino, hay mucho por sembrar y que la cosecha es mejor cuando sembramos con la intención del amor de Dios.

Vamos creciendo sin perder la necesidad de Dios como aquel niño que fuimos y que en su ingenuidad, sabía que confiando en Dios, todo iba a salir mejor.

Propósito de hoy: Padre, aumenta mi fe para no perder el deseo de que siempre me acompañes como cuando niño. Ayúdame a saber que contigo, mi vida va a estar rodeada de amor porque todo lo que tengo, viene de ti.