8 DE FEBRERO: ME ENCUENTRO EN TU PERDÓN.

Marcos 6, 30-34 “Andaban como ovejas sin pastor”.

¡Cuántos de nosotros andamos como ovejas sin pastor! Vamos de un lado a otro buscando mejores oportunidades laborales, de amistad, de amor y seguimos sin encontrar nuestro lugar. Y ante tanta coincidencia ¿Alguna vez nos hemos detenido a ver qué es lo que nos falta? ¿Cuál es nuestro problema? ¿Por qué se nos dificultan las relaciones personales y sociales?

Cuando basamos nuestra vida en cosas pasajeras, que no tienen fundamento profundo sí podemos sentirnos extraviados. Algunos se refugian en el alcohol o en las drogas, otros se enfocan en el poder y la avaricia y otros pocos en el amor y la bondad. ¡Ojalá más de nosotros nos enfocáramos en lo último!

La oveja perdida solo quiere encontrar un lugar seguro, donde exista alguien que le pueda escuchar. Estamos en escasez de comprensión. Todos andamos por nuestro lado y olvidamos que al estar unidos en Cristo, logramos una comunidad armoniosa, que se preocupa, que sirve con alegría y que se siente pertenecer a un núcleo donde las prioridades son dirigidas al bien común.

Y Jesús nos da eso y más; lo podemos ver cuando en nuestro hogar podemos decirnos “te quiero”, cuando nos escuchamos y sentimos empatía unos por otros. Es ahí el mejor comienzo para salir al mundo confiados y seguros, porque Cristo nos da respuestas de amor.

Vamos contrarrestando esa sensación de extravío, fortaleciendo nuestra fe. Que sea la oración nuestra mejor aliada y la Eucaristía nuestro mejor consuelo, porque es en el Cuerpo y la Sangre de Cristo que vivimos con la esperanza de un mañana mejor, que nos sabemos amados y perdonados y que encontramos nuestro lugar en el corazón de Dios.

Propósito de hoy: Quiero sentir el amor de Dios y por eso hoy, quiero aumentar mi fe para perdonar y pedirle perdón a quienes he ofendido; así como Jesús que en su perdón me ha recibido en su corazón.