22 DE ENERO: NO ME QUEDARÉ CALLADO.

Marcos 3, 1-6 “Ellos se quedaron callados”.

Quedarse callado,  muchas veces no significa ser cobarde, sino todo lo contrario. Es verdad que existe el dicho”el que calla otorga”, es dar la razón, y callarse en la mayoría de las situaciones, es sinónimo de prudencia.

Claro, que en este caso, del Evangelio de Marcos, fueron los fariseos los que se quedaron callados para ver si encontraban algo en contra de Jesús para unirse a los del partido de Herodes y mandarlo asesinar.  Ellos querían que Jesús sanara en sábado, para poderlo entregar y se quedan callados para observar las acciones de éste Hombre que llegó salvando almas y curando enfermedades sin importar que fuera o no sábado, y ellos le tenían miedo. Miedo a no entender por qué hablaba con autoridad y sanaba en el nombre de Dios.

En lugar de entender a Jesús, de escucharlo, de darse cuenta que era el Mesías fueron cobardes, le ponían trampas, lo acosaban y por fin un día lo arrestaron.

Dentro de lo que nos ha enviado Dios, en la persona de Jesús, es fortaleza. Confiar en él, significa creer en su Palabra de vida eterna que es la que nos sana; es por la vida de sacrificio y de amor de Cristo que nosotros conocemos el perdón, porque él fue el primero en otorgarnos ese perdón de haberlo lastimado y de no querer conocerlo. Él nos da la fuerza de la esperanza que este año viviremos todos con gran intensidad como “Peregrinos de Esperanza” en el Jubileo establecido por el Santo Padre, el Papa Francisco, donde  todos podemos participar con intención en nuestra comunidad parroquial, desde nuestros hogares.

Jesús es nuestra esperanza y debemos recibirlo en nuestro corazón como el Padre de amor que llega a traernos la paz. No nos quedemos callados cuando hay que hablar de él. Vivamos en la alegría que su perdón nos deja y seamos testigos de que entendemos que en su muerte y resurrección hemos nacido a una vida nueva, renovada, de caridad, de fe, y de misericordia.

Recordemos que la fuerza de Dios la encontramos en el infinito amor de Jesucristo.

Propósito de hoy: Quiero ser prudente en mi vida, decir lo que siento dando testimonio de que se, que soy un hijo de Dios. No quiero callar el amor que Jesús tiene por mi, al contrario quiero compartirlo con todos aquellos que son parte de mi vida.