Juan 1, 1-18 “Él era la vida”.
Él es la vida, la luz, la Palabra, la reconciliación, el perdón, la gracia, la alegría, él es el Hijo de Dios, es Dios mismo y ha venido a traernos paz a nuestro corazón.
¡Qué bonito saber que Dios envió a su único Hijo a vivir entre nosotros! Nos mandó al amor en la figura de Jesucristo nuestro Señor, que es el Camino, la Verdad y la Vida y todo aquel que crea en él, será también llamado hijo de Dios: “A todos los que lo recibieron, les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre…” y tú ¿Crees en Jesús?
¡Jesús es vida! Nació para entregarse a nosotros y murió para salvarnos. En él se cumplen las promesas del Padre para que nosotros aprendiéramos a amarnos unos a otros. Porque eso es Jesús: ¡Amor! Y nos pone el ejemplo en la cruz, al pedirle a su Padre que nos perdone, que se apiade de nosotros porque no sabemos lo que hacemos. Nos llegó el Redentor y con él la gracia.
Jesús: Verbo, Palabra, Luz y se dice en presente, porque su reino no tendrá fin, es actual, es esperanza de fe, es misericordia; Jesús es la vida que necesitamos en el camino para no caer en la tentación, para iluminarnos en la obscuridad, para salir adelante en la adversidad, para sanar y bendecir.
Jesús es la palabra: Amor.
Propósito de hoy: Jesús, que tu vida sea ejemplo para mi vida, para dar testimonio de que creo en ti y soy también hijo de Dios.