23 DE NOVIEMBRE: ESTÁS VIVO EN MI CORAZÓN.

Lucas 20, 27-40 “Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”.

Muertos son aquellos que viven una vida sin propósito. ¡Sí! Los que están esperando que todos hagan lo que a ellos les corresponde, ¿te identificas?

Dios es Dios de vivos y somos todos aquellos que vivimos en su Palabra, los que creemos en él y creemos en sus milagros. Vivos del amor de Dios, del proclamar su palabra de vida eterna,  de querer escuchar cuando Jesús nos habla y nos enseña el amor de Dios.

Nosotros damos testimonio de que Jesús es el Hijo de Dios; el que murió por nosotros y el que quiere que no nos olvidemos que dió su vida para que nosotros podamos tener vida eterna, que creamos en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro, donde nos espera el amoroso corazón de Dios.

No perdamos la fe, aprendamos de la vida de Jesús hecho Hombre, de su manera de enfrentarse al dolor, al sufrimiento, a las blasfemias que constantemente hablaban de él; aprendamos que aun en los momentos cuando pensamos que todo está perdido, escuchamos la voz de Dios que nos consuela para hacernos fuertes ante la vida que estamos viviendo.

Nunca dejemos de creer por que Dios está en nosotros; es un Dios de vivos, de todos aquellos que llevamos perdón y paz a los demás porque sabemos que el amor de Dios es lo que está vivo en nuestro corazón.

Propósito de hoy: Quiero sentirme hijo de Dios, porque él es mi Padre y vive dentro de mí.