7 DE NOVIEMBRE: ME ARREPIENTO DE HABERTE OFENDIDO.

Lucas 15, 1-10 “Se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.

Jesús nos habla de los deseos del Padre, de eso que nos abrirá las puertas del Reino de los cielos, de la manera más grata de santidad.

El arrepentimiento.

Te ha sucedido que haces algo de lo que al instante dices: no debí hacer eso, o decir eso, o tomar eso y al momento te paralizas y enmudeces y te preguntas ¿Por qué lo hice? Bueno, este es el primer paso para rectificar nuestras acciones y corregir, para acercarnos al otro a pedir una disculpa, o depende qué tan grave es lo que hicimos si es que amerita arrepentirnos y pedir perdón ante Dios. Y lo siguiente es tomar la iniciativa a pedir ese perdón.

A veces nos reconocemos pecadores y nos quedamos con el sentido de culpa y la vergüenza, pero no hacemos nada. Vivimos con la pena, con el pesar y con nuestra autoestima por los suelos. Sin embargo ya que nos damos cuenta y lo reconocemos, debemos de recordar que ahí está Dios. Que los angeles que ha enviado están listos para consolarnos, para llenarnos de la luz de la esperanza de que Dios nos perdona cuando nos arrepentimos de corazón. Y ese perdón también lo recibimos de nuestros hermanos, de aquellos a quienes ofendimos o maltratamos.

¡Acercarnos a pedir perdón es un regalo para nosotros mismos! Nos libera de la culpa, del resentimiento, del pesar que cargamos sin darnos cuenta y que al soltarlo, caminamos más ligeros, y con la cabeza en alto al pensar que hicimos algo bueno para todos. Seguimos los pasos de Jesús, que en la cruz pidió por nosotros, nos perdonó nuestros pecados, tuvo compasión y misericordia por ti y por mi.

Este día, estamos invitados a arrepentirnos de nuestras faltas, errores y pecados porque el angel de Dios está esperándonos y quiere que nos acerquemos a la Palabra de Dios, en la oración, en la Eucaristía y en el perdón.

Propósito de hoy: Padre, quiero escuchar tu voz al arrepentirme de mis pecados para alcanzar la gloria de tu Reino y vivir en armonía y con amor al lado de mis hermanos que van conmigo en el camino.