19 DE OCTUBRE: EL ESPÍRITU SANTO ME ACERCA A TI.

Lucas 12, 8-12 “A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará”.

Hay ocasiones en la vida donde nos enojamos con Dios, ¿Te ha pasado? Tal vez porque le pedimos algo y en ese momento no nos lo concedió, y sí , nos frustramos y le gritamos a Jesucristo a manera de reclamo por qué no nos ayudó. Pero Dios es tan bueno y misericordioso que nos perdona una y otra vez, no lo toma en nuestra contra, al contrario, busca maneras para consolarnos y recordarnos que aún con nuestras fallas, él nos ama.

Pero, las blasfemias contra el Espíritu Santo, esas sí, no serán perdonadas. Y la blasfemia contra el Espíritu Santo es cuando rechazamos conscientemente la verdad de Dios, porque esto nos aleja de Dios. “El Espíritu Santo es el Don de Dios, el que nos sostiene y nos ayuda a seguir adelante, a recordar, a discernir y a crecer”, nos dice el papa Francisco. Cuando no queremos aceptar la verdad de Dios nos alejamos de la humildad y nos cuesta trabajo arrepentirnos de nuestras faltas y sin ese arrepentimiento que debe salir del corazón, no puede haber perdón.

El Espíritu Santo es esa voz de nuestra conciencia, cuando estamos ante un peligro y nos indica qué hacer ¿La has escuchado alguna vez?, es esa voz que nos indica el mejor camino cuando estamos en una encrucijada, es la fuerza que nos impulsa a quedarnos callados cuando no hay nada positivo que decir, es la voz que nos anima y nos recuerda que hoy estamos bien, que nos vemos bien, que vamos por el camino correcto.

El Espíritu Santo es la voz y la fuerza y el discernimiento que nos acerca a Dios, y blasfemar contra el Espíritu Santo se refiere a rechazar su obra, principalmente la que nos permite aceptar a Jesucristo como el Hijo de Dios. Entonces sí, no podremos entrar en el Reino de los Cielos, ni ser recibidos por la mano amorosa de Jesús en la eternidad. El Espíritu Santo está vivo en nosotros desde nuestro bautizo y es la llama que enciende nuestro corazón para actuar a favor de Dios y de nuestros semejantes.

No dejemos de lado el don del Espiritu Santo que habita en nuestro corazón y nos acerca más a Dios.

Propósito de hoy: Padre dame la gracia para poder escuchar la voz de tu espíritu, la del Espíritu Santo para estar cada vez más cerca de ti.