29 DE AGOSTO: QUE MI ÚNICA FORTALEZA SEAS TÚ.

Marcos 6, 17-29 “Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo”.

Tenemos esta lectura de Marcos y es interesante el concepto de respeto de Herodes hacia Juan el Bautista; a quién recordamos el día de hoy que fue asesinado por éste rey que decía considerarlo un hombre “recto y santo”.

¿Por qué lo manda matar?

Vivimos en un mundo donde el poder y la sociedad nos controla. Todo es para quedar bien con alguien más y nos perdemos a nosotros mismos, nuestras convicciones, el respeto a nuestra integridad. ¿Cómo voy a permitir que alguien cambie mi sistema de valores? ¿Acaso vale la pena dejarlo todo? Herodes es un buen ejemplo de cómo su poder se vería ridiculizado y le

entrega la cabeza de Juan a la hija de la mujer de su hermano, con quién se había casado, por órdenes de ella. Prefiere matar a un hombre bueno que mostrar debilidad, sin darse cuenta que se vio débil al hacer la voluntad de alguien más en lugar de defender su manera de sentir hacia Juan. Y nos viene esta pregunta ¿Cuánto nos parecemos a él? ¿Qué estamos dispuestos a entregar a cambio de nuestra honestidad?

Somos una comunidad débil y debemos descubrir, por medio de la oración, qué dones nos caracterizan, cuáles son nuestras virtudes y en quién ponemos nuestra esperanza. La sociedad se ocupa de borrar a Dios de nuestra vida, se cree que un mundo sin Dios es un mundo con paz. Pero ¿Acaso la paz no está en nuestro corazón? Y nuestro corazón debe albergar lo bueno, la rectitud en las acciones, el servicio a otros y sobre todo el amor, ese que nos viene de Dios para atraer el sentido común, de justicia y de perdón que cada uno de nosotros necesitamos.

Fortalezcamos nuestra fe, es la única esperanza para alcanzar la felicidad que Dios quiere para nuestra vida.

Propósito de hoy: Quiero que el amor de Dios me haga fuerte para no actuar como Herodes frente a las tentaciones del mal y procurar una vida recta y llena de momentos para amar.