28 DE AGOSTO: TE RECONOZCO EN MIS ACCIONES.

Mateo 23, 27-32 “Por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad”.

¿Cuántas veces hemos escuchado decir: “las apariencias engañan”?¿Muchas? Y es que eso de aparentar es algo tan común para el ser humano, que ya lo damos por hecho. No nos sorprende, es como decir que preferimos escuchar una mentira a la verdad; ¿No crees?

He conocido personas que cuando están delante de otros, su personalidad cambia, a veces para bien y a veces no. Pretender ser mejores cuando alguien que consideramos importante está con nosotros, es el juego más viejo de todos.  Y somos como los fariseos y los escribas, hipócritas, tal y como nos llama Jesús. Confundimos hacer el bien con pretender que hacemos el bien y no somos ecuánimes con todas las personas; perdemos la realidad de justicia y abusamos de los demás. Se que es una realidad muy triste, pero ¿Donde dejamos nuestra vocación de servicio?, ¿En qué momento nuestra mente nos hizo creernos superiores?

Jesús nos llama la atención, para rescatarnos de una vida frívola. Él quiere que seamos más como él, que sintamos el amor infinito de Dios y que aprendamos a pedir perdón y a perdonar. Solo así vamos a ser justos unos con otros. Podremos reconocer al que sufre y ayudarlo, podremos ver las injusticias y conmovernos y actuar de la mano de la verdad de Dios.

No perdamos la sensibilidad que nos caracteriza como seres humanos, para poder dar fruto abundante de misericordia, de bondad, de fortaleza y de bienestar, donde quiera que nos encontremos.

Propósito de hoy: Quiero no dejarme llevar por lo superficial y no ser hipócrita, para poder reconocer el amor de Dios en mis acciones diarias.