26 DE AGOSTO: TE AYUDO HERMANO, A LLEGAR HASTA DIOS.

Mateo 23, 13-22 “Ni entran ustedes, ni dejan pasar a los que quieren entrar”.

Qué molesto es cuando quieres hacer algo y hay personas que se interponen en el camino ¿Verdad? Y cuando se trata de Dios ¡Es aún más desagradable!

Nos encontramos con gente que quiere alejarnos de Dios todo el tiempo, intentan hablarnos mal de Jesucristo, de que son cuentos que alguien inventó para su propio beneficio, o que Dios no existe, o que solo perdemos el tiempo asistiendo a misa. ¿Te ha pasado esto? O, ¿Acaso eres tú esa persona?

Qué tan importante es para cada uno, su relación con Dios. Solo nosotros sabemos nuestra entrega y qué difícil cuando tenemos frente a nosotros a personas que quieren romper con ese encuentro con Jesús. Y, cuando esto sucede ¿Qué hacemos para evitarlo?  ¿Nos quedamos callados? Muchos nos enfrentamos, usando nuestro conocimiento de Dios como escudo; o damos testimonio del amor de Jesucristo, o somos tolerantes ante palabras insensatas y necias; sabiendo que por más que intenten, nuestra estructura de valores morales fortalecida con la oración, difícilmente se puede derrumbar.

Hay que procurar no ser el que se pone frente a otro para no dejarlo pasar. Que nuestra muestra en el servicio, el perdón, la bondad y la misericordia sea lo que nos define y le abra la puerta a otros para que puedan encontrarse con Jesús, con el amor de Dios, con el Reino de los Cielos.

Propósito de hoy: Quiero ser un medio para mi hermano y que también pueda entrar, con un corazón arrepentido, hasta donde Jesús lo espera.