24 DE AGOSTO: QUIERO CONOCERTE MÁS Y DEJARTE CAMINAR A MI LADO.

Juan 1, 45-51 “¿De dónde me conoces?”

Natanael, también llamado Bartolomé, duda sobre las palabras de Felipe en éste Evangelio de Juan, diciendo “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” y se ve arrepentido de sus palabras cuando conoce a Jesús y le dice: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios”. Lo reconoce porque Jesús le habla de la higuera, donde lo vió por vez primera.

¡Jesús nos conoce!

Sabe quién somos, de donde venimos y cuánto valemos. Para él no hay ser en la tierra desconocido, porque somos creación de Dios Padre, no se mueve un solo cabello de nuestra cabeza, sin que él lo mande.

Muchas veces creemos que hacemos algo a escondidas y que nadie nos va a ver, sin embargo, solo nos engañamos a nosotros mismos y sí, a los demás. Pero a Dios, jamás le podemos hacer trampa, él nos conoce, y sabe cuales son nuestras debilidades y aciertos. Y entonces, nos viene la pregunta: Y, ¿Nosotros conocemos a Jesús? Si conocemos a Jesús, sabemos que él es el amor que llena nuestra vida, que nos da esperanza, que nos impulsa a decir la verdad y a actuar con valor para el bien común y de nosotros mismos. Y si lo conocemos bien, sabemos que su mayor cualidad es el perdón.

Jesús nos perdona, sabe de las tentaciones que nos controlan, como el poder, las drogas, la mentira, la promiscuidad, la falta de empatía hacia los demás, sabe que cometemos errores terribles, que matamos, que condenaos, que juzgamos y siempre que nos acercamos a él con un corazón arrepentido, él está dispuesto a perdonarnos para ser una persona nueva, para comenzar de nuevo y jamás nos castiga.

Nosotros somos el resultado de nuestras decisiones y debemos estar dispuestos a asumir la responsabilidad de nuestros actos. Jesús solo nos acompaña en el camino y está presente en la medida que nosotros lo dejamos ser parte de ese camino de vida.

Propósito de hoy: Padre, quiero también aprender a conocerte, te pido me des la gracia de la fe para que mi amor por ti, crezca cada día más.