16 DE AGOSTO: MI MATRIMONIO ES SAGRADO.

Mateo 19, 3-12 “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer y serán los dos una sola carne”.

En éste Evangelio de Mateo, Jesús responde a preguntas sobre el matrimonio y el divorcio, que como sabemos los fariseos siempre querían ponerle trampas.

Jesús nos dice que no todos estamos hechos para el matrimonio, y eso está bien, nadie debe sentirse forzado a casarse; sin embargo la unión entre dos personas es un estado ideal en los Sacramentos de la Iglesia Católica donde elegimos nuestra vida futura, al lado de alguien con quien vamos a crecer de la mano de Dios. Y esto es muy importante porque cuando un matrimonio no se agarra de Dios, el camino es más difícil. Lo primero es que, vamos a dejar a nuestros padres para empezar nuestra propia familia, donde la persona más importante es nuestro cónyuge y no nuestros padres. Ahí es donde empiezan los conflictos en una pareja, desde el noviazgo, si uno de ellos está siempre a la obediencia de sus padres y deja de lado la opinión de su pareja y el acompañamiento de Dios, hay que pensarlo dos veces, porque aquel que no está dispuesto a dejar a su padre y a su madre, va a hacer de su matrimonio un fracaso.

Jesús nos menciona en su respuesta: : “No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos”.

Cuando Dios nos concede el Sacramento del Matrimonio, debemos atesorarlo como la bendición más preciada que nos es dada; como el amor que es una vocación innata del ser humano. Es una union como nos dice Jesús: “Serán los dos, una sola carne”, el uno para el otro como vínculo sagrado. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y el amor entre una pareja se traduce en la imagen del amor absoluto de Dios hacia nosotros, porque está bendecido para ser fecundo y dar frutos como obra del Creador para cuidar y proteger lo que Él ha hecho. “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla” como nos dice el libro del Genesis 1, 28.

Propósito de hoy: Padre, ilumínanos para respetar nuestra unión matrimonial con el celo y con el cuidado de tu amor y también respetar el matrimonio de los demás sin dejarnos caer en la tentación de perturbar esa unión. Que la creación de nuestra unión se fortalezca con tu amor.