14 DE AGOSTO: TE ESCUCHO DESDE LA PRIMERA VEZ.

Mateo 18, 15-20 “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas”.

Jesús nos habla de compasión en el Evangelio de Mateo del día de hoy. Y este es un consejo que debemos atender todos, cuando vemos que alguien está cometiendo alguna falla contra Dios, o contra la familia, o al sentido moral, o contra sí mismos. Nos dice que nos acerquemos y hablemos con esa persona para orientarlo y que no vuelva a cometer ese pecado u ofensa. Nos dice también que si no nos escucha, busquemos a otra persona más y entre los dos tratar de hacerlo entrar en razón para que cambie sus maneras o se detenga y si aún así, no nos escucha, que lo enfrentemos ante la comunidad para que entienda que las cosas no son como dice.

El acercamiento directo, es por que no queremos hacer un alboroto, y que, con discreción estamos queriendo ayudar a alguien que en realidad lo necesita, sin embargo, si no funciona, Jesús nos dice que tengamos un testigo, tratando que no se salga de las manos y si en definitiva no funciona, que hagamos público su pecado o su falta para que se arrepienta ante todos y deje su orgullo y soberbia fuera de sí, reaccionando con humildad desde la primera llamada de atención. ¿Cuántas veces somos nosotros los imprudentes que no escuchamos? ¿Te ha sucedido o conoces a alguien así?

Jesús nos invita a la misericordia de Dios.

Al final de ésta historia, las palabras de Jesús son muy sabias: “Apártate de él”, no porque carecemos de compasión, más imagino que para que no nos lleve con él, a cometer los mismos pecados cayendo en tentaciones que solo nos alejan del bien, de nuestros principios y valores y por supuesto que de Dios mismo.

Propuesta de hoy: Que mi orgullo no le gane a la razón y que pueda alejarme del mal antes de lastimar a alguien, a ti Dios Padre, o a mí mismo.