3 DE AGOSTO: NO HAY JUSTIFICACIÓN PARA ACTUAR EN CONTRA DE LA DIGNIDAD DEL SER HUMANO.

Mateo 14, 1-12 “Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”.

Qué hecho tan impactante el que nos cuenta Mateo en su Evangelio. De qué manera el Rey Herodes, justifica sus acciones para eliminar del camino, el obstáculo que le impide vivir con Herodías, la mujer de su hermano. Ese obstáculo es Juan el Bautista.

Dice el Evangelio, que Herodes encarceló a Juan y que no lo mandó matar, porque el pueblo lo considera un profeta, y les tenía miedo. Sin embargo cuando la hija de Herodías le pide la cabeza de Juan el Bautista, éste lo manda degollar sin dudarlo, es una buena justificación para dejar de escuchar su voz.

¿Qué haces tú cuando quieres algo que infringe la ley de Dios? ¿Cuál sería tu justificación para hacer el mal? Porque no importa cómo justifiquemos nuestras malas acciones, mucho menos cuando somos conscientes de que van en contra de los principios morales que nos ha enseñado Jesús, el mal que hacemos en contra de nuestra dignidad, no deja de estar mal; por más excusas que busquemos.

Juan el Bautista, el profeta del Altísimo, que vino a anunciar la venida de Jesucristo, habló siempre con la verdad y nunca tuvo miedo de ser honesto y de enfrentarse ante la realidad de muchas personas en el poder que no querían escuchar con humildad, la verdad que encierra la Palabra de Dios. Muchos como él, han dado su vida por defender su fe, por querer preservar la verdad de Dios.

En esta historia, Herodes vivía con la mujer de su hermano Filipo y como era el rey, tenía el poder de hacer lo que quisiera; pero cuando llegó Juan a decirle que eso no estaba permitido, lo mandó encarcelar. Es muy triste que esa historia, se asemeje tanto a nuestra actualidad, donde parece que se ha terminado la era de respetarnos unos a otros y de ser firmes en nuestras convicciones morales. Es una historia donde el poderoso sigue tomando ventaja del más débil y donde los jóvenes se aprovechan de los adultos, con justificaciones absurdas que vienen de la falta de amor en los corazones; historia donde las distracciones nos han cegado y los deseos de poder son más fuertes que nuestra buena voluntad.

Propósito de hoy: Padre, ayúdame a no esconderme y a enfrentar siempre con la valentía que me da tu Palabra, las tentaciones de actuar en contra de la dignidad humana. Déjame escuchar tu palabra y sentir la gracia que me identifica como hijo tuyo, ejemplo de amor y de perdón.