28 DE JULIO: TU AMOR, SACIA MI SED.

Juan 6, 1-15 “¿Qué es eso para tanta gente?”

Andrés, discípulo de Jesús, quiso ayudar a que las personas que seguían a Jesús, tuvieran algo de comer diciéndole que solo habian cinco panes de cebada y dos pescados, ¿Qué es eso para tanta gente? Y Jesús le contesta que le digan a la gente que se siente. El Evangelio de Juan nos dice que solo en hombres eran unos cinco mil, sin contar mujeres y niños. Y así como Andrés, nosotros también nos hacemos preguntas constantes en nuestra vida sobre lo que tenemos y si será suficiente. ¿Te lo has preguntado alguna vez?.

De eso se trata la confianza que tenemos en Dios, en las palabras que Jesús nos dice, en la manera en que lo sabemos escuchar. En los evangelios podemos leer toda respuesta a nuestras preguntas, ¡Sí! Vamos a intentarlo. Cuando hacemos costumbre leer la Biblia o el Catecismo de la Iglesia Católica podemos resolver muchos conflictos personales porque esa lectura nos ayuda a tomar mejores decisiones y nos ubica en la realidad actual para darnos cuenta si vamos por el camino hacia nuestra felicidad o si queremos hacer el bien a los demás. En estos libros está la Palabra de Dios, que nos indica la diferencia entre el bien y el mal. Si la leemos con un corazón sencillo podemos aceptar las cosas que nos suceden y podemos también sembrar semillas de amor en los corazones de quienes nos rodean. Y si sentimos que no lo podemos ver, o entender, está bien buscar a alguien con quien compartir su lectura y ayudarnos unos a otros a crecer en el entendimiento de las cosas de Dios. Ésta es una de las razones por las que cuando vamos a misa, el sacerdote nos habla y nos explica las lecturas del día, nos hace un pequeño resumen para que nosotros podamos entender y escuchar a Dios.

¿Qué es eso para tanta gente? Nos preguntamos, ¿Qué es la Palabra de Dios para nosotros?, ¿Qué hacemos con ella, de qué manera la compartimos con los demás? Porque la Palabra de Dios lo es todo; le da un significado especial a las cosas que vivimos y siempre es una guía para discernir lo que quiere Dios de nosotros ¿Por qué estoy aquí?, ¿Cuál es mi motivo?. Jesús quiere que nos demos cuenta que con su Palabra vamos a saciar nuestra hambre y nuestra sed, aunque a veces creamos que esos cinco panes y esos dos peces no son suficientes.

El amor de Dios siempre es suficiente, somos nosotros quien creemos lo contrario y es solo con la oración que vamos a aumentar nuestra fe, es en el servicio que nos vamos a reconocer como hijos de Dios y en la Eucaristía vamos a poder sentirnos llenos de Cristo, de su amor, de su perdón.

Propósito de hoy: Que tu Palabra de amor sea siempre el motor que me hace sentir lleno, para estar seguro que al escucharte, no quedaré desamparado.