6 DE JULIO: REFLEXIÓN DEL DÍA: HOY DECIDO RENOVAR MI VIDA.

Mateo 9, 14-17 “Nadie echa el vino nuevo en odres viejos”.

En el Evangelio de Mateo, Jesús nos explica que el vino nuevo debe estar en un recipiente nuevo y no en uno viejo. Menciona al odre, que es un recipiente que está hecho de piel de animal, por lo general de cabrito y es resistente, para que no se eche a perder el vino nuevo.

Cuando hablamos del odre nuevo, podemos hablar de nosotros mismos cuando le pedimos a Jesús que nos ayude a cambiar, a ser fuertes ante la adversidad, a deshacernos del temor de no saber qué nos espera en el camino de la vida. ¿Que sucede con nosotros cuando vamos a misa, o cuando asistimos a un retiro espiritual? Por lo general nos renovamos, nos llenamos de esperanza y comprendemos que nuestra vida puede ser mejor, ¿Te ha pasado? Y es el principio a ser vino nuevo, a dejarnos llevar por el amor de Dios, queremos salir y dar testimonio de fe, nos sentimos dignos de ser hijos de Dios y lo queremos gritar al mundo.

Pero, ¿Qué sucede si este enamoramiento se apaga a los pocos días? Regresamos a ser los mismos, abandonamos a Dios, lo ponemos de lado y es como poner el vino en odres viejas; perdemos el sentido de renovación, cerramos el corazón al Espíritu Santo y bloqueamos nuestro contacto con Dios.

Vivamos pues, una vida con intención. Crecer nuestra fe, acercarnos más a la oración, aprender a pedir perdón y a perdonar; llenarnos de bondad para poder servir con alegría a quién necesita una mano amiga en el camino y seamos testimonio de amor.

Propósito de hoy: Padre, permite que decida renovar mi vida para crecer en tu amor. Quiero ser como ese vino nuevo en odre nueva, y desarrollar los dones que hay en mi para hacer tu voluntad.