29 DE JUNIO. REFLEXIÓN DEL DÍA: ERES QUIEN SOSTIENE MI VIDA.

Mateo 8, 1-4 “Señor, si tú quieres, puedes curarme”.

Hablemos de voluntad, de ésa que nos incita a levantarnos a hacer algo, la que nos define cuando hacemos una promesa y la cumplimos, la voluntad de querer ser buenas personas con los demás solo por el hecho de que “podemos” serlo. Es muy importante la voluntad y más la fuerza que nos ayuda a tener buena voluntad; como Jesús que tenía siempre la voluntad de servicio, de entrega, de sanar.

Podemos pensar en este momento: ¿Cómo está mi fuerza de voluntad? ¿Qué tan comprometido estoy cuando digo algo? ¿Lo cumplo?. En el Evangelio de Mateo del día de hoy, Jesús está atento, cuando un leproso le pide que lo sane y sin ánimos de ofender a Jesús, estoy segura, le dice: “Si tu quieres, puedes curarme”. ¿Cuántas veces le decimos lo mismo a Jesús? Tal vez muchas y ¿somos acaso como éste hombre?, que nos habla de fe, y de la compasión y la misericordia de Dios, cuando le dice: “Si tú quieres”….pudiera sonar a reto, pero más bien a mi me suena a fe, a esperanza, a misericordia. Solo honra a Jesús al decirle “si tú quieres”, porque sabe que Jesús tiene ese poder sanador para curar heridas, curar almas, curar el corazón a veces ensombrecido por el dolor y la angustia, por el pecado.

La fe es la que recibimos cuando oramos, la fe es una gracia que se cultiva, que hacemos crecer cuando ponemos frente a todo a la Santísima Trinidad. La fe, nos hace más sensibles al dolor, a nuestro propio dolor y también al ajeno y es la que nos permite creer en la misericordia y el amor que Dios tiene para nosotros, sus hijos. No dejemos de orar jamás, para que esa fe crezca y de frutos, para servir con amor y caridad a los demás, para poder dar testimonio de que creemos en el Hijo de Dios y seguimos sus enseñanzas y su palabra de vida eterna.

Preguntémosle a Jesús, con fe si quiere sanarnos, para que sea el perdón nuestra recompensa y podamos vivir poniendo nuestra esperanza en Él. Seamos, pues, testigos del milagro de amor de Dios, para saber que nuestra fortaleza está en Cristo Jesús.

Propósito de hoy: Padre, que jamás ponga en duda tu verdad sanadora y que mi oración me lleve hasta tu amor.