13 JUNIO: ESTOY RECONCILIADO CON MI HERMANO, POR LA GRACIA DE TU AMOR.

Mateo: 5, 20-26 “Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano”.

Mateo nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos, nuestras convicciones y nuestra moral. Sobre el sentido común con que aprendemos de Dios y el discernimiento de lo que hacemos bien o hacemos mal y que a la vez, tratamos de ignorarlo. Estar enojados con nuestros hermanos implica culpa, y a la gente no nos gusta sentir culpa, siempre estamos viendo de qué manera “culpar” a los demás de sus propios errores ¿Verdad?. No sabemos afrontar responsabilidades y tampoco queremos asumir las consecuencias.

El Evangelio de hoy, me impacta siempre leerlo: “Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano”…y cuántos de nosotros hacemos oídos sordos a esto que nos dice Jesús, cuántos de nosotros nos decimos “él me ofendió, no yo”, o estamos esperando que nuestro hermano se acerque para pedirle perdón o para perdonarlo. No nos gusta enfrentarnos a esta realidad de pecadores que somos y fingimos cuando vamos al altar de Dios a dejar nuestra ofrenda y a recibir la Eucaristía, al pretender que no tenemos conflicto alguno con nuestros hermanos.

Y qué tranquilidad se nos da en el corazón cuando podemos subir al altar de Dios y recibir la Eucaristía con amor, y en paz. Con la certeza de que no tenemos deudas pendientes con nuestro hermano cuando vamos a  comulgar. Saber pedir perdón nos dignifica como hijos de Dios, nos acerca a la imagen de Jesús en la cruz y nos permite también dejar en el altar nuestro dolor y nuestra ofrenda de amor.

  1. Propósito de hoy: Padre, quiero llegar hasta Tu altar con un corazón arrepentido para poder pedir perdón y perdonar al que me ofende, sabiendo que es con Tu amor, que yo puedo alcanzar la paz.