9 JUNIO: VIVO RENOVADO POR TU ESPÍRITU DE AMOR.

Marcos 3, 20-35 “Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”.

El Evangelio de Marcos este día viene exuberante de historias que nos enseñan sobre la vida que Dios quiere para nosotros. Nos habla de una comunidad renuente a entender las cosas de Dios. Unos creían que Jesus se había vuelto loco o que era Satanás porque expulsaba demonios, hasta lo llamaron el príncipe de los demonios. Sin embargo Jesús los cuestiona sobre ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?, no tiene sentido. De igual manera expone la realidad de las familias divididas, que en la división que existe entre ellos no puede subsistir como familia de Dios.

Y menciona algo muy importante, cuando lo acusan de estar poseído por un espíritu inmundo y que debemos tener muy en cuenta: “el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”. Todos nuestros pecados pueden ser perdonados y también nuestras blasfemias mas nunca cuando atacamos al EspÍritu Santo, que es el propio Dios manifestado como fuerza, como sabiduría, como gloria y como santidad. Es una persona divina igual el Padre y el Hijo, y que proviene del amor entre el Padre y el Hijo, formando una Santa Trinidad y que se comunica con nosotros por medio del amor. El Espíritu Santo es quien nos impulsa a actuar para el bien común siempre inspirado en ese amor divino de Dios.

Y termina con una frase que tal vez nos desubica un poco, pero al entenderla el significado es maravilloso. Llegan a buscarlo su madre y sus parientes y los anuncian diciendo: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos que te buscan”. De entrada la respuesta de Jesús pudiera parecer ofensiva hacia María, su madre: “¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?” Y viendo a quienes estaban sentados junto a Él dice: “Éstos son mi madre y mis hermanos”. Y lo dice porque Él se regala a nosotros, Jesús nos da la gracia de convertirnos en hijos de María, y de María propia al darnos la dignidad de hermanos y de madre, porque nos dice que todo aquel que cumple la voluntad de Dios, somos su hermano y su madre. Y entonces, entendemos que no ha sido una ofensa contra María,que ha sido un obsequio de su amor salvador para toda la humanidad.

Propósito de hoy: Permite Padre, que siempre esté dispuesto a dejarme llevar por el viento del Espiritu Santo y actuar en Tu nombre, como hijo tuyo y dando testimonio de fe por medio del amor que hay en mi corazón.