7 JUNIO: MI DEVOCIÓN A TU CORAZÓN, JESÚS.

Juan 19, 31-37 “No le quebrarán ningún hueso”.

Estando Jesús en la cruz se cumplió lo dicho por Dios, “no le quebrarán ningún hueso” y así fue, Jesús yacía cuando se preparaban para quebrarle las piernas y que así muriera más de prisa, sin embargo, Él ya había muerto. Que difícil es pensar que alguien a quien amamos muere destrozado fisicamente, como cuando choca en un auto o sufre un accidente y solo imaginar ver a Jesús en la cruz es ya motivo suficiente de dolor, para que también le hubieran quebrado sus huesos. Una vez más se hizo la voluntad del Padre.

Este día que tenemos una lectura tan conmovedora, celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, y el nacimiento de San Juan el Bautista.

Una nos recuerda el Corazón amoroso de Jesucristo que cuida de nosotros y que encontramos en la Eucaristía. Ésta devoción data desde la Edad Media por los años 1200´s y se instituye como fiesta en 1856 bajo la orden del Papa Pío IX. Aquellos que nos encomendamos al Sagrado Corazón de Jesús, nos comprometemos a recibir la Eucaristía el primer viernes del mes durante nueve meses, para reparar con la oración las ofensas que cometemos contra Dios y nos entregamos a amar y honrar al Corazón de Jesús, a cambio por decirlo así recibimos la gracia y el perdón de nuestras ofensas.

También celebramos la Solemnidad de la natividad de San Juan Bautista. Hay tres personas a quienes celebramos el día de su nacimiento y el día de su muerte. Ellos son Jesucristo, María Su Santísima Madre y San Juan Bautista. Y esto se debe a las palabras que usa Jesús para referirse a Juan. “En verdad os digo que entre los nacidos de mujer, no hay otro mayor que Juan el Bautista” Mt 11, 11. Me gusta mucho el Cántico de Zacarías donde dice: “ Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus camino, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de los pecados”. Y ese niño, profeta del Altísimo es Juan, quién bautizo con agua a nuestro Señor Jesucristo; fue el primer testigo de Jesús.

Propósito de hoy: Unirme en devoción al Sagrado Corazón de Jesus para aprender a amarlo y honrarlo para el perdón de mis pecados.